Silvino Báez Sosa, papá de Fernando: «perdí la felicidad, las ganas de luchar y el abrazo de mi hijo»

El juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa comenzó esta mañana con el desgarrador testimonio los padres de la víctima: Graciela y Silvino. Se espera que durante la feria judicial cerca de 130 personas pesen por el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores para dar su versiones de los hechos.

La audiencia estuvo marcada por la lectura de los lineamientos y los dos pedidos que realizó la defensa de los rugbiers para anular el juicio, lo cual fue rechazado por las autoridades. También cobraron relevancia las declaraciones de los familiares de Fernando, que conmovieron a los presentes.

“Señores jueces, acá están escuchando el relato de un padre que ha perdido todo: ha perdido la felicidad, las ganas de vivir, de luchar, y perdió lo mejor de todo, que es el abrazo de su hijo«, comenzó diciendo Silvino .En sus palabras el hombre dejó en claro que jamás imaginó vivir este momento.

Hizo un recorrido por su historia personal con Fernando y recordó que durante un año y medio debió hacerse diálisis por una enfermedad en sus riñones. «Abría la puerta de casa y Fernando se colgaba de mi cuello: ‘¿Cómo estás papa?’, me decía. Y ese tipo que venía muerto de la diálisis terminaba mas vivo que nunca con el abrazo de su hijo. ‘Cuando sea grande te voy a dar mi riñón…’, me decía».

Mientras varios de los presentes lloraban en la sala de audiencia, Silvino continuó hablando del día que viajaron a Villa Gesell para saber sobre el estado de su hijo, lugar al que les fue difícil llegar porque había cambio de quincena. «Duró como ocho horas», señaló. 

Después, mencionó el momento en que fueron a reconocer el cuerpo de su hijo. “Fue duro porque una parte de mi estaba tirada en una bandeja de acero inoxidable con la cabeza reventada. Estaba chorreando sangre por todos lados. No lo podía tocar”, narró.

Mañana, el litigio se reanudará con la declaración de los amigos del joven de 18 años, quienes lo acompañaron al momento de su muerte en la puerta del boliche.