La conducción de la CGT al borde de la fractura, por la reforma previsional
Parte de la dirigencia del sindicato cuestionó la medida del paro, propuesta por la cúpula, y prefiere “una mesa de sustentabilidad y trabajo”.
El fuerte antagonismo por la reforma previsional entre las entidades más significativas del sindicalismo peronista llegó a su punto más alto, y la unidad de la CGT pende de un hilo: el secretario de Acción Social de la central sindical, José Luis Lingeri, salió a cuestionar drásticamente la implementación de un paro general de 24 horas, y se pronunció, en cambio, por la constitución de una “mesa de sustentabilidad y trabajo” con el Gobierno para analizar la cuestión de los jubilados.
“No discutimos la legitimidad de la protesta, pero diferimos por completo en cómo exteriorizar los reclamos. Acá se abrió con el Ejecutivo una instancia de diálogo, y la lógica indicaba seguir discutiendo los temas inherentes a la clase pasiva, a través de una mesa de sustentabilidad. No convalidamos que nos empujen a una pelea sin sentido”, señaló esta tarde a Telam el titular del Sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias (Sgbatos).
Lingeri habló con esta agencia asumiendo la representación del grupo de los llamados “gremios Independientes”, que aquel integra desde hace años junto al estatal Andrés Rodríguez, (UPCN), y el constructor Gerardo Martínez (Uocrra).
Idéntica posición a la de los “independientes” comparte el líder de los trabajadores de Comercio, Armando Cavalieri, que en el consejo directivo de la CGT ocupa el sillón de la Secretaría de Relaciones Institucionales.
Ninguno de estos dirigentes, contrarios a la huelga nacional de 24 horas lanzada hoy al mediodía, concurrieron a las últimas reuniones de la CGT, en las que se resolvió ir a la lucha contra el Gobierno.
“Los encuentros de CGT se han venido poblando de dirigentes y de barras de militantes, ajenos al consejo directivo, que no permiten deliberar con normalidad. No se puede estar discutiendo con esa presión encima”, admitió Lingeri, sin disimular su fastidio por los “desacoples permanentes” que observa entre los integrantes del triunvirato que gobierna la central obrera.
Cortocircuitos de igual tenor observan los dialoguistas como Lingeri entre los gremios del transporte, por ver quién se queda con el control de ese espacio estratégico, hoy disputado palmo a palmo por el marítimo Juan Carlos Schmid y el ferroviario Juan Carlos Maturano (La Fraternidad).
Lingeri criticó además la falta de sincronicidad que mostró el trío Daer-Schmid-Acuña durante este pasado fin de semana: mientras Schmid ratificaba la realización de una huelga a partir de este mediodía hasta la misma hora de mañana, Carlos Acuña decía ayer a la prensa -incluida esta agencia- qpuede decirse, por estas horas, que ue el paro se haría el martes para “favorecer la convocatoria a la marcha” de protesta en la zona del Congreso; a la que finalmente la sede de Azopardo resolvió no sumarse.
“Es evidente que no tenemos una cabeza… nadie maneja a nadie”, se sinceró el dirigente de Obras Sanitarias, quien interpreta que por la modalidad del segundo paro general contra la administración Macri, del mediodía del lunes al mediodía del martes, “se llamó a una medida de fuerza que a los efectos prácticos durará 48 horas, lo cual es inadmisible”.
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