La danza que es sinónimo de alegría para Kevin y Florencia
Los jóvenes de Sierra Grande se conocieron en la Escuela de Educación Especial N° 11. Además de la amistad, los une la pasión por el folclore. Juntos integran “Sentimiento serrano”.
Kevin y Florencia, se preparan con delicadeza para la foto. Lo hacen como en cada una de las presentaciones o en los escenarios: con sus vestimentas, peinados, ganas y alegría.
Mariela y Bibiana, acomodan el tocado y el sombrero como si fuesen a salir a escena. Sin sus madres, que acompañan de manera incondicional, sería muy difícil para ellos seguir el ritmo y el hilo de este sueño.
Las oportunidades están a la orden del día en la escuela de danzas “Sentimiento serrano”, que conduce la profesora Paola Di Carlo, y que desde el año pasado tiene como integrantes a estos dos jóvenes con discapacidad.
En 2016, se presentó un desafío para la profesora porque empezó a tener en su grupo a estos dos amigos que se conocen entre sí, desde niños, en la escuela de educación especial Nº 11.
Mariela Díaz, es mamá de Florencia, que tiene 17 años y tiene atraso psicomotriz, “no tiene motricidad fina y casi no habla”, explica la mamá. Se expresa casi todo el tiempo con señas, pero se manifiesta lo suficiente como para hacer conocer sus gustos, por ejemplo, el baile. Desde hace años buscaba una oportunidad para su hija pero “no había profesores que enseñen a chicos con discapacidad y Flor siempre miraba y quería bailar. Me hacía señas con las manos. Cuando Paola me planteó la idea no dudamos”.
“Ella me echa cada vez que están los ensayos. La veo en los escenarios y me quedo sin palabras”, expresó la mamá.
Kevin es un muchacho de 22 años que tiene Síndrome de Down. Muy conocido en el barrio, es calmo y tan alegre que el baile siempre lo atrapó y lo incorpora a su vida cotidiana. Ya ha participado en murgas y comparsas.
“A Kevin, lo que le gustan son las cosas del campo, de gauchos, y se dio la posibilidad que le da la profe Paola”, dice Bibiana Barragán, mamá del joven. Cuenta que tienen empeño en aprender y la superación se ve en cada clase y en cada presentación.
“La primera vez que los vimos bailar fueron lágrimas de emoción”, coinciden las madres.
Ese sentimiento se repite cada vez que los ven bailando una chacarera. Lo que ahora les falta es un salón para los ensayos porque así como el corazón de la profe es grande, es chico el comedor de la casa, el espacio que tienen para ensayar. “Queremos que colaboren, que les abran puertas, es una posibilidad muy grande y un salón sería lo ideal”, se entusiasma Bibiana.
La profesora explicó que casi no hay comunicación verbal entre los bailarines. “No existen palabras entre ellos, pero me gusta verlos cómo se entienden”.
Kevin y Flor conforman la pareja de baile mas conocida en esta ciudad. “Acá están bailando con libertad y alegría”,
“A Kevin, lo que le gustan son las cosas del campo, de gauchos, y la profe Paola le dio esta posibilidad de sumarse”.
Bibiana Barragán, madre del joven de 22 años, que tiene síndrome de Down.
“No había profesores para chicos con discapacidad y Flor siempre que miraba quería bailar. Me hacía señas con las manos para decirlo”.
Mariela Díaz, mamá de Florencia, que tiene 17 años y retraso psicomotriz.
En el 2016 se
presentó un desafío para la profesora que empezó a tener en su grupo a estos dos amigos.
Datos
- “A Kevin, lo que le gustan son las cosas del campo, de gauchos, y la profe Paola le dio esta posibilidad de sumarse”.
- “No había profesores para chicos con discapacidad y Flor siempre que miraba quería bailar. Me hacía señas con las manos para decirlo”.
- En el 2016 se
presentó un desafío para la profesora que empezó a tener en su grupo a estos dos amigos.
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