La Fiesta de la Confluencia entre la identidad y el capricho político

Nació con la intención de ser “identitaria de la urbe”, pero en los hechos le cuesta demostrarlo. La mayor inversión es en artistas foráneos y comerciales. La participación de los artistas locales es con cupo limitado. Año a año los nombres se repiten y muchos quedan afuera del listado.

Pasó una nueva edición de la Fiesta de la Confluencia y los dimes y diretes por los artistas que participaron y el dinero que demandaron siguen vivos.

Pero no todo pasa por la cuestión económica. “La fiesta se hace porque tenemos plata”, apuró Pechi Quiroga, intendente de la ciudad, semanas antes del comienzo de esta última edición. ¿Qué hay del espíritu de esta fiesta que nació con la intención de suplir la falta de una “festividad que sea identitaria de la urbe”, tal como figura en los considerandos de la ordenanza 11947 que la creó?

¿Qué tan identitaria de la urbe es la Fiesta de la Confluencia? ¿O acaso se trata de un capricho político solventado por un “presupuesto equilibrado”?

Los artículos dos, tres y cuatro de la mencionada ordenanza establecen la creación de un Consejo Municipal formado por “dos representantes del órgano ejecutivo municipal” y “un representante de cada bloque político del Concejo Deliberante de la ciudad de Neuquén”, que entre sus funciones tienen la de “reunirse periódicamente a fin de definir eventos, presentaciones artísticas u de otras características” para la fiesta, por supuesto.

En lo hechos, ese Consejo Municipal nunca habría terminado de constituirse, ni habría comenzado a funcionar. Lo cierto es que actualmente no está en actividad.

“El consejo ese no esta funcionando”, le aseguró a “Río Negro” Andrés Ros, secretario de Cultura y Turismo y funcionario municipal al frente de la organización de la Fiesta de la Confluencia 2017 y de varias de las anteriores.

Es así que en las cinco ediciones que lleva la, ahora, Fiesta Provincial la decisión de los artistas quedó exclusivamente en manos el Ejecutivo municipal y en consecuencia en el o los funcionarios designados para tal tarea.

Según declaraciones de Ros a este medio el criterio de selección es “el mismo con el que se eligen en todas las fiestas, con el criterio que sean atractivos, que la gente los pueda ver y que no tenga que pagar. Nosotros a diferencia de otras fiestas no cobramos entrada, es totalmente gratuito entonces se traen artistas de relevancia nacional y si se puede a veces de relevancia internacional, es básico”.

En la edición de este años los caché de los artistas fueron desde 5.000 hasta 38.000 pesos. Los que menos cobraron fueron los artistas para chicos.

Como suele suceder en las fiestas populares que se extienden por varias noches, la de la Confluencia en sus inicios tuvo una noche dedicada al folclore, otra al rock y una más dedicada al pop. Algo que con el tiempo se fue desdibujando, sobre todo en lo que se refiere a la contratación de artistas nacionales e internacionales. Otra es la historia con los representantes locales.

Los artistas nacionales que cerraron las tres noches de la primera edición, allá en 2013, fueron León Gieco, La Vela Puerca y Los Auténticos Decadentes.

Para la edición 2014 llegaron al escenario del Paseo de la Costa Los Tekis, Pimpinela y Ciro. Mientras que la grilla de la tercera edición incluyó la presentación de Los Cafres, Valeria Lynch, Peteco Carabajal y Choque Urbano. El año pasado los grandes artistas invitados fueron Soledad, Axel, Marama y Los Totora.

Y este año, en su quinta edición y la primera como Fiesta Provincial, se subieron Turf, Airbag, Miranda, Joey Montana, Kevin Johansen y Los Pericos, dos para cada noche. Como se ve, ningún artista folclórico.

Archivo

Artistas de primera y de concurso

Así como sucede con los artistas nacionales o internacionales, la elección de los representantes locales también queda en manos exclusivamente del Ejecutivo municipal.

En este caso parece haber dos niveles de artistas: los que merecen ser contratados directamente y aquellos que deben someterse a un concurso para lograr un lugar en el gran escenario.

Se puede suponer que los contratados directamente son los que más trayectoria poseen, sin embargo no es algo que se cumpla en el 100% de los casos.

“Pasan dos cosas. Por un lado tocan dos bandas o tres locales elegidas a dedo o como dicen los funcionarios por trayectoria, experiencia y etc. Y después que hay bandas que se repiten y hay un montón de bandas, y me incluyo yo como músico que considero que tengo una cierta trayectoria y he aportado en estos 20 años un montón de cosas a la cultura de la ciudad, que no somos tenidos en cuenta”, sostuvo al respecto el músico local Rafo Grin.

Y la evidencia lo confirma. Hay artistas que tienen en su currículum dos, tres, cuatro o incluso cinco Fiestas de la Confluencia.

“La cuestión es que todos queremos trabajar para Cultura de la provincia o el municipio porque, aparte, nos parece que es un espacio que es de todos los ciudadanos. Si fuera un privado el que organizara todo esto yo no puedo estar exigiendo que me contraten o que contraten diferentes artistas, pero el Estado debe repartir equitativamente entre todos los artistas de la ciudad, cosa que no funciona porque muchos seguimos esperando por tener nuestro espacio en ese lugar”, cerró el músico.

Los caché de Miranda!, Kevin Johansen y Los Pericos quedaron fuera de los gastos municipales ya que fueron “gentileza” de Nación.

En la otra cara de la moneda está el concurso “Pre-Confluencia”, creado en vísperas de la segunda edición de la fiesta con el fin de “ofrecer a los artistas locales la posibilidad de presentarse en la Fiesta de la Confluencia y mostrarse ante miles de personas”, tal como dijo por aquel entonces el subsecretario de Cultura Marcelo Berbel.

La primera edición fue un éxito. Se presentaron cien artistas que cumplían los requisitos para participar y de ellos fueron elegidos seis, dos de cada uno de los rubros en los que estaba dividido el concurso (folclore, tango y rock).

En los dos años siguientes (2015 y 2016) la cantidad mermó. Se presentaron sólo 50 artistas.

En 2015 el concurso sólo estipulaba la división entre los artistas de folclore y todo el resto agrupados en la categoría de “estilo libre”. De los 50 se eligieron seis ganadores, tres de cada rubro.

Desde 2016 en adelante no hubo categorías y todos los artistas compitieron entre sí sin importar el género, ni la disciplina (música o danza). Ese año se eligieron sólo tres ganadores.

Y el último concurso, el de este año, vino con novedades: no sólo no había categorías sino que tampoco pudieron participar los ballets, sólo bandas o solistas musicales. Y algo más. El número de inscriptos fue el más bajo de la historia de esta fiesta: sólo 35 artistas.

“A los artistas (locales) se les paga lo que ellos solicitan y se hace un contrato que está hecho a través de la municipalidad con el representante de cada artista”,
aseguró Andrés Ros, secretario de Cultura y Turismo.

Las claves para la participación local

“El criterio de selección es en base a artistas que ya tienen nombre, Marité Berbel es consagrada a nivel nacional; La Moto es una banda que ha tocado en Buenos Aires, en grandes shows y grandes espectáculos; La Brea también contratada por El Bolsón, por la fiesta de Rincón de los Sauces, un montón de festivales en Trelew”, ejemplificó el subsecretario de Cultura y Turismo, Andrés Ros sobre algunos de los artistas locales que han sido contratados para participar en las ediciones de la Fiesta de la Confluencia.

Al mismo tiempo aclaró: “Y el Pre-Confluencia es un concurso entre bandas que están surgiendo, como Big Mama que el año pasado estuvo en Rock y Punto”.

“Esta bien la diversidad, no estoy en contra de los estilos musicales, me parece que tiene que haber cumbia, tiene que haber rock, tiene que haber reggae, folclore, tango y todas las músicas posibles que hagan los artistas acá. Lo que pasa es que no sucede eso”,
señaló Rafo Grin sobre la contratación de Joey Montana la figura principal de este año.

El Estado no puede hacer concursos. Lo que tiene que hacer es simple, cada año contratar un músico distinto y más músicos locales”,

sentenció sobre el Pre-Confluencia” Rafo Grin, músico local.

13.200

pesos es el caché promedio que se le pagó a los artistas locales contratados o elegidos por concurso a lo largo de la historia de la fiesta.

2.640

pesos es el promedio de lo que cobraría un músico de una banda (de cinco integrantes) por actuar en la Fiesta de la Confluencia.

3,95%

es el promedio de los presupuestos anuales de las Fiestas de la Confluencia que fue destinado a artistas locales.

Datos

En la edición de este años los caché de los artistas fueron desde 5.000 hasta 38.000 pesos. Los que menos cobraron fueron los artistas para chicos.
Los caché de Miranda!, Kevin Johansen y Los Pericos quedaron fuera de los gastos municipales ya que fueron “gentileza” de Nación.
El Estado no puede hacer concursos. Lo que tiene que hacer es simple, cada año contratar un músico distinto y más músicos locales”,

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