La música también es cosa de animales
Todas las especies del maravilloso reino animal, recreadas a través de más de un centenar de partituras. Una manera distinta, novedosa, hasta inédita, de adherir en esta jornada al Día de la Música, bajo la advocación de Santa Cecilia.
Selección de obras imantadas de poesías, metáforas, libretos, vivencias y acordes casi mágicos. Seguramente el lector se sorprenderá gratamente de la cantidad de composiciones vinculadas al canto y la vida de aves o pájaros, perros, gatos, insectos, peces, y demás “familiares” que habitan el planeta.

Criptomoneda: del furor a la adicción
Lo que no resulta posible, es detenernos a fondo en el origen o la historia de cada obra, ni asegurar que el informe pueda agotar los alcances del tema, como tampoco detenernos en la abundancia de nombres y argumentos de canciones infantiles dedicadas a animales. Todo lo que ilustra el presente texto transita hacia el más reconocido universo de ingenio y creatividad. En virtud de ello, el tramo inaugural de la “muestra” se apoya en la significación de las piezas más emblemáticas y definitivamente perdurables.
Por ejemplo Giacomo Puccini -después de Verdi la figura más importante de la ópera italiana- a través del título lírico “Madame Butterfly”, captura para siempre el vuelo de un lepidóptero, poniendo a la mano el libreto de la dama calificada como “pequeña señora mariposa”.
Puccini, mediante su ópera “La Rondine” (La Golondrina), aviva el sueño de la protagonista y predice su viaje en el espacio justamente como una golondrina, más allá del mar, en una metáfora del amor verdadero.
En música y versos, la golondrina también revolotea, entre otras composiciones, en “Dorfschwalben aus Osterreich” (Las Golondrinas en la Aldea) el más famoso de los valses de Joseph Strauss, y también en la inmortal canción que lleva el nombre del ave, cuya autoría pertenece al médico y compositor mejicano Narciso Serradell Sevilla, nacido en 1843.
La cantidad de títulos conforma un repertorio impregnado de amor y sentimiento que nos permite rescatar cientos de melodías que han atravesado a varias generaciones, ocupando espacios de difusión en todo el mundo. Muchas páginas han logrado identidad universal al solo registro del “protagonista” elegido. A quien no le suena aquello de… “si a tu ventana llega una paloma, trátala con cariño que es mi persona”, inmortalizado en una canción de Sebastián Iradier, compositor español, autor de Zarzuelas (fallecido en 1865), que fuera profesor del más importante Conservatorio de Madrid. En cuanto a poesía, no le va en zaga el título “Se Equivocó la Paloma” consolidado en letra de Rafael Alberti y música de nuestro compatriota Carlos Guastavino.

No son pocos los compositores que fueron seducidos por las voces ú otros atributos de los animales. Antonio Vivaldi, célebre por la rica abundancia de su música, se las ingenió para crear un concierto en el cual la flauta ejecuta un recitativo imitando el canto del “cardellino” (jilguero) que da nombre a la obra.
Gioacchino Rossini, es el autor de la ópera “La Gazza Ladra” (La Urraca Ladrona), melodrama que concluye con la inesperada salvación de Ninetta. El héroe es el campesino Pippo, quien mientras la acusada es llevada a ser fusilada, descubre que los cubiertos fueron robados por una urraca y escondidos en un campanario en donde anidaba. Un fragmento de la obertura, en cuyo inicio el redoble del tambor marca el vuelo de la urraca, ocupó parte de la banda de sonido del filme “La Naranja Mecánica” de Stanley Kubrick”. El mismo Rossini, seducido por el maullido de los felinos, compuso el “Dúo de los Gatos” que hoy puede celebrarse a través de un registro de las festejadas sopranos Felicity Lott y Ann Murray.

Google Maps, un aliado para fin de año
De la risueña partitura “Le Poule” (La Gallina) del músico francés Jean-Philippe Rameau, los instrumentistas argentinos del Melos Ensamble de Buenos Aires lograron un registro donde el cacareo del plumífero es sencillamente patético. El músico italiano Ottorino Respighi hizo suya la partitura de dicho colega y la incorporó a la suite “Los Pájaros” junto a los pasajes de la paloma, el ruiseñor y el cucú. Otro que desembarcó con su música en el área avícola es Modest Mussorgsky creador del “Ballet de los polluelos en su cascarón”, perteneciente al poema sinfónico “Cuadros de una Exposición”. Este compositor ruso también se anota con otro grupo de ejemplares de especies muy distintas al exhibir partituras como “La Pulga”, “El Chivo”, “La Urraca”, “El Grillo” y “El Gato Marinero”. Joseph Haydn otro genio que se incorpora a la galería de referencia con la sinfonía 83 titulada “La Gallina”, posterior a la denominada “El Oso”. En una y otra hace gala de su paleta orquestal con pasajes de imitación de los mencionados ejemplares.
Aun no es posible cerrar el corralón de aves: falta el gallo de Nikolai Rimski-Kórsakov, el célebre autor de Sheherazade cuya última ópera, justamente “El gallo de oro”, no alcanzó a ver, consecuencia de su muerte en 1908. El compositor asigna a una trompeta aguda el penetrante y risueño “quiquiriquí”. Tampoco deja de pedir lugar dentro de la familia de las gallináceas “Pavo Real” creación del músico húngaro Zoltán Kodály.
La trucha de Franz Schubert
Fauna y sonido a merced del genial Franz Schubert. Ninguna prueba más acabada de ello que la partitura del quinteto “Die Forelle” (La Trucha) elaborada a partir del texto del poeta Christian Friedrich Daniel Schubart: “En un claro arroyuelo, se precipita alegremente la trucha juguetona, que pasa como una flecha…”. Dicen que el músico austríaco se llegaba a conmover observando las ondulaciones del pez en su hábitat. En un reciente programa de la televisión por cable pudo disfrutarse de tanta sugestión, según un registro de 1962 con los adolescentes -hoy celebridades mundiales- Daniel Barenboim, pianista, y las cuerdas a merced de Pinchas Zukerman, Zubin Mehta, Itzhak Perlman y Jacqueline Du Pré, malograda violoncelista inglesa fallecida en 1987, que fuera esposa del argentino Barenboim.
No fue Schubert el único a quien sedujo la trucha. Las opciones de Nicola Piccinni, autor de la ópera “La Pescadora” y de Erik Satie, compositor de la fantasía “El Pez Soñador”, confirman una pasión similar.
Beethoven y la poesía pastoril
La sexta sinfonía de Ludwig van Beethoven subtitulada “Pastoral”, en virtud de la atmósfera bucólica que emana de su música, tiende a imitar sonidos que escuchamos a orillas de un río, como el murmullo del agua y, especialmente, el canto de los pájaros, en un juego coloquial cuya preponderancia está a cargo de la flauta y el oboe, instrumentos artífices de trinos y gorjeos ante la grandiosidad de la naturaleza.

También hay otras óperas, operetas, zarzuelas y ” musicales”, a costa de animales. “Pan y Toros” (Asenjo Barbieri), “La Última Gaviota” (César Cortinas), “La Gata Blanca” (Francisco Hargreaves), “La Zorrita Astuta” (Leos Janácek), “El Gato con Botas” (Xavier Montsalvatge), “Las Golondrinas” (José María Usandizaga), “El Murciélago” (Johann Strauss, hijo), “El Ratón y el Gato” (Leo Fall), “El Pajarero” (Carl Zeller), “La Luciérnaga” (Rudolf Friml), “El Zoológico” (Rowe & Sullivan), “Caballería Ligera” (Franz von Suppé), “Cats” (Andrew Lloyd Webber), “El Rey León” (Elton John), “Sigfrido” la ópera de Richard Wagner que nos coloca frente a la temeridad del dragón y el oso, pero también la sugestión canora de los pájaros.
La adoración por el cisne
Pasa a ocupar la escena de tantos idilios entre animales y música, el cisne. Ave palmípeda ornamental, por tanta belleza debilidad de varios compositores, como el ya citado Franz Schubert, que en su catálogo de canciones le dedicó casi una veintena de páginas bajo el título “Canto del Cisne”. También es la silueta que por su figura saca ventaja sonora en la gran fantasía zoológica “El Carnaval de los Animales” del francés Camille Saint-Saens, de la que también son “actores” -entre otros- gallinas, gallos, tortugas, elefante y canguro. De otras caricias de la música por tanto refinamiento del protagonista elegido, se destacan las partituras tituladas “El Cisne Blanco” y “El Cisne de Tuonela” del finlandés Jean Sibelius, y del organista inglés Orlando Gibbons, “El Cisne de Plata”.
La cita del ballet “El Lago de los Cisnes” de Peter Ilich Tchaicovsky completa el marco de apología a esta maravilla de plumaje blanco, adorno de parques y jardines europeos.
Pájaros: diversidad de cantos y plumajes
“Catálogo de Pájaros” y “Pájaros Exóticos” (Olivier Messiaen), “ Pájaros del Paraíso” (Dvid Evans), “El Cucú y El Ruiseñor” (George Handel), “Sonetos del Ruiseñor” (Carlos Guastavino), “El Colibrí” (Julio S. Sagreras), “El Ruiseñor y la Rosa” (Camille Saint-Saens), “El Canto del Ruiseñor” (Martín Pablo de Sarasate), sonata “El Cucú” (Johann H. Schmelzer)), “Pájaro Profeta” (Robert Schumann), “El Colibrí” (Ernest Chausson), “El Pájaro de Fuego” (Igor Stravinsky), “Conversación de Pájaros” ( Jean-Philippe Rameau), “El Vuelo del Picaflor” (“Cacho” Tirao) .
“El Condor Pasa”
Uno de los más reconocidos himnos musicales de Perú, que por su melodía evoca la época de los incas, cumplirá en el próximo mes de diciembre 108 años desde que se estrenó en un teatro de Lima. En 2004, el Gobierno de Perú lo declaró patrimonio cultural de la nación, porque su difusión “es tema de evocación, inspiración y añoranza sobre la majestuosidad del imperio de los incas”. La melodía creada por el peruano Daniel Alomía Robles, tiene más de 4.000 versiones en diversos géneros, entre ellas la famosa de Simon & Garfunkel.
El burro, noble y trabajador
Acreedor a nuestro repertorio, se las aguanta con poca agua y poca comida. En la Suite de Fernando “Ferde” Grofé “El Gran Cañón del Colorado”, el cuadro musical titulado “El Sendero”, revela un aire vaquero cautivante al resonar de las herraduras de los burros en el camino. No hay otro tema del músico norteamericano que haya prendido tanto en el oído de todos los públicos. Sin embargo, la empatía con este leal cuadrúpedo reinaba desde que Rudolf Friml, nacido con anterioridad a Grofé, había creado la “ Serenata del Burrito” que fuera inspirada como canción de cuna.
La fauna
La “mímica” que de cada animal hacen los instrumentos en el Cuento Sinfónico para Niños del músico ruso Sergio Prokofiev, es una muestra didáctica incomparable, no por nada incorporado a la placa discográfica por los más importantes organismos orquestales del mundo. La deliciosa muestra que escuchamos en nuestro relevamiento, es presentada por el recordado actor Alfredo Alcón.
Todo bicho que vuela o camina… al pentagrama va a parar. Sabido es que la familia de insectos tiene integrantes de los más dispares. Desde los que regocijan la vista por sus colores, hasta los que zumban, los temibles por sus picaduras o los que a su sola presencia se han hecho indeseables o repugnantes. Sin embargo la música no ha tenido reparos en capturarlos para siempre:

“El Vuelo del Moscardón” (Rimski-Kórsakov), “Canciones de la Pulga” (Mussorgsky), “La Cucaracha”, canción tradicional mejicana que el director y arreglador Richard Hayman “temerariamente” se animó a grabar en estilo barroco, “El Grillo” fantasía de Jodocus Després, “La Libélula” polca de Joseph Strauss, “El Banquete de la Araña” ballet de Albert Rousell, “Tarántula” (S. Ranieri), “La Abeja” danza de Franz Schubert, “La Luciérnaga” opereta de Rudolf Friml.
Una familia aparte de compositores optaron por el sonido y la poesía, subyugados por las alas multicolores y el vuelo acariciante de las mariposas. Un número significativo de creaciones consagra la sugestión de este invertebrado: Giacomo Puccini con su “Madama Butterfly” (adelantado en la introducción), a continuación “Papillon” -acento francés- da lugar a títulos casi iguales en los que la mariposa se regodea con música de Jacques Offenbach tanto en un ballet como en una opereta; algo similar” sucede con Ernest Chausson y Gabriel Faure. Continúa el alemán Robert Schumann , según páginas originales reservadas a violín, orquesta y piano, respectivamente. Finalmente retorno de la mariposa “a la inglesa” con el concierto para violín y orquesta “Butterfly Lovers” de Had Kang.
Otras bestias, bautizadas por la música
“Vaca Ciega” obertura de Johann Strauss (h), “El Buey Sobre el Tejado” ballet de Darius Milhaud , “Marcha del Toreador” de la ópera “Carmen” de George Bizet, variaciones “Guárdame las Vacas” del compositor español Luis de Narváez . La hembra del carnero se incorpora a la cartelera con la melodía del folklore escocés “Llama a las Ovejas”.
Ausencias que se notan
Criaturas predilectas de la fauna, como lo son perros y canarios, acusan una marcada desproporción con respecto a las opciones que de otros animalitos, han hecho músicos famosos. Si bien nuestro “censo” no se precia de perfecto o completo, tenemos derecho a suponer que en los trabajos “El Libro de la Selva” de Zoltán Kodály y “Danza de las Alegres Mascotas” de Albert Ketelbey, canarios y perros ocupan un merecido lugar. Aquí es válido apuntar que muchas páginas del repertorio académico que aparecen como “canario”, responden a un baile antiguo procedente de las Islas Canarias, que se ejecutaba en compás ternario y con gracioso zapateo. Una de las más célebres pertenece al sacerdote, compositor y guitarrista de origen español, Gaspar Sanz.

Lo que no es improbable, que todavía se encuentren grabaciones de melodías y canciones tradicionales, edulcoradas con el canto del canario.
En cuanto a la familia perruna, es cierto que algunas composiciones de carácter popular han desbordado todas las fronteras y se han convertido en composiciones fuertemente favoritas; por caso la rítmica fantasía de Arthur Pryor “The Whistler and his Dog” (El Silbador y su Perro). Lo que no pudimos confirmar al cierre del informe, es si las páginas para piano del compositor francés Erik Satie, registradas como “Verdaderos Preludios Fláccidos para un Perro”, son un premio o un castigo para la más adorable de nuestras mascotas.
Verdades al canto
Transcripción del sitio La Terapia de la Música: “Los pájaros, sobre todo los pequeños, cantan estructuras musicales bellas y complejas para atraer a las hembras. Sin embargo los ornitólogos no consideran que esta sea música. Afirman que el canto, para los pájaros, es lengua. Es su forma de expresar mensajes. Que ellos no cantan por amor a cantar. Expresan señales de delimitación de su territorio, se hacen reconocer dentro de un grupo, o el macho comunica a la hembra sus capacidades. Esto lo hacen también otras especies animales. Las ballenas se comunican con un lenguaje de sonidos tan complicado como admirado por los músicos. De hecho, también los hombres hacen música con los mismos fines. Desde himnos para marcar territorios, hasta canciones de amor como forma de atraer a las mujeres”.
Rigurosamente en primera persona, prometo al lector un próximo informe ya con todo el bagaje del cancionero popular. Desde “Rata Paseandera” hasta “Pájaro Campana”, desde “El Alazán” hasta “Cotorrita de la Suerte”. Es el trabajo indispensable para conocer finalmente cuántos son los animales “tocados por la música”. Mientras tanto, no perdamos de vista que al influjo del maravilloso canto de las criaturas que atraviesan cielo y tierra, Edith Piaf se convirtió en el gorrión de París y Carlos Gardel en el zorzal criollo.
Por Dante Morosani (dantemorosani@yahoo.com.ar).-
Selección de obras imantadas de poesías, metáforas, libretos, vivencias y acordes casi mágicos. Seguramente el lector se sorprenderá gratamente de la cantidad de composiciones vinculadas al canto y la vida de aves o pájaros, perros, gatos, insectos, peces, y demás “familiares” que habitan el planeta.
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