La Regata del río Negro y un paso decisivo para seguir creciendo
La Regata pegó un golpe de timón en la edición 2016 y desde allí no ha parado de crecer. La asignatura pendiente era volver a compartir la emblemática prueba con Neuquén. El año que viene la primera etapa se largará desde Senillosa.
Cuando la edición 2015 de la Regata del río Negro llegó a su fin, en las costas de Viedma los hacedores de la histórica travesía entendieron que había cosas por cambiar. Se cumplían 50 años desde la primera edición de la prueba, y lo que tendría que haber sido una fiesta mutó en un profundo replanteo puertas adentro. Eran tiempos de una necesaria autocrítica antes de quebrar los remos y que la sangre llegara al río.
La Organización de la travesía en aquel momento, siempre bajo la órbita del Club Náutico La Ribera, estaba por entonces en el ojo de la tormenta. Decisiones viciadas de soberbia, un trato distante con los palistas y valores de inscripción demasiado elevados, transformaron aquella edición de las Bodas de Oro en una prueba sin brillo y con escasa competencia.
“Hay que empezar a mirar para adentro y fijarnos que no es un error de los palistas. La organización debería dejar de lado la soberbia y hacer un poco de autocrítica. Son los 50 años de la Regata y hay 100 botes. Debería haber 300…”, decía Néstor Pinta por entonces, quien junto a su compañero Martín Mozzicafreddo había decidido no correr la prueba que ganarían Franco Balboa y José Luis Guerrero.
La dupla, sin oposición, le sacaría una ventaja de más de diez minutos al segundo. En la largada del 2015 hubo apenas siete botes K2 senior.
“Es una lástima que haya más veteranos que gente joven corriendo…”, reclamaba el eterno Omar Linares. Las voces críticas iban en aumento y se entendió por el bien de la prueba que sin palistas no hay Regata.
Renovación y cambio
La transformación tuvo su primera etapa con la edición 2016, aunque con una pérdida sensible: la largada no sería en Neuquén sino en la Isla Jordán de Cipolletti. Esta vez la Regata sería íntegramente rionegrina.
Hubo renovación de autoridades y la flamante Organización de la prueba, en su primera medida, convocó a los palistas para delinear aspectos de la travesía: distancias, recorridos, horas de largada de los distintos parciales y cuestiones técnicas de los botes. Llegaban tiempos de paz y entendimiento.
Hubo apenas 91 embarcaciones en la largada, el más bajo en años. Sin embargo la edición 2016 sería el punto de partida de una refundación necesaria. El salvavidas era lanzado a tiempo para rescatar a una prueba que agonizaba.
Reaparecieron Pinta y Mozzicafreddo, regresaron de a poco los palistas extranjeros y el carácter de “Internacional” de la prueba volvió a cobrar sentido.
Para la edición 2017 el número de inscriptos trepó hasta los 123 y por primera vez una dupla extrajera ganaba la travesía: el esloveno Jost Sakrajsek y el español Kiko Vega Suárez . Al año siguiente los inscriptos serían 134, estableciendo un nuevo récord de convocatoria. Es esa edición 2018, el cuarto parcial que finalizó en Conesa terminó en escándalo.
Franco Balboa, quien finalmente ganaría la prueba junto a su hermano Dardo, daba positivo en un control antidoping ordenado por la Organización, aunque sin fiscalización de la ONAD (Organización Nacional Anti Dopaje). La intención de llevar transparencia terminaba de la peor manera.
Para crecer era necesario también darle a la prueba un marco legal acorde. Fue así que el año pasado por primera vez se convocó a integrantes de la Federación Argentina de Canoas (FAC) y a la ONAD, para que sean los encargados de arbitrar y fiscalizar la travesía. Era un nuevo paso al frente, pero faltaba otro. Quizás el más importante de todos.
El pasado miércoles quedó confirmado el regreso de la Regata a la provincia de Neuquén, punto de partida histórico de la travesía. No sólo eso. En la edición 2020 el primer parcial tendrá punto de salida y llegada en tierra neuquina con la etapa Senillosa – Neuquén.
“Nosotros estamos muy felices porque la Regata vuelve a Neuquén. Era un aspecto pendiente que tenía esta organización en recuperar el hecho histórico, que es unir las dos provincias a través del río. Sumamos mucha más gente para que esto fuera posible. Con la ayuda de la provincia de Neuquén, la Regata va a seguir creciendo”, aseguró Andrés Roumec, presidente del club Náutico la Ribera.
“Desde Senillosa se corrió en 2012 y 2013. Es un parcial muy competitivo y también complejo. Es lo que le gusta siempre al palista”.
Andrés Roumec, titular del club Náutico La Ribera, habló de la nueva etapa.
Si el año pasado el número de inscriptos marcó un nuevo récord con 144 embarcaciones y 15 palistas extranjeros en línea de partida, el reto es ahora superar esa cifra. El protagonismo del canotaje neuquino se verá fortalecido y ayudará a la competitividad.
El apoyo de ambos gobiernos provinciales es explícito y a través de la Regata se sellará el compromiso por la sanidad de los ríos, como afirmó el ministro de Deportes neuquino Luis Sánchez en el acto de lanzamiento de la edición 2020. “Un río limpio excede a los tiempos de la política, es una obligación de todos”.
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