La UCR no está en coma, se hunde

Viedma

Después del caótico resultado en las últimas elecciones en las que la UCR, el PRO y el ARI sacaron en conjunto un magro 5%, nada parece haber cambiado en el centenario partido ya que el capitán de la derrota, Darío Berardi, sigue al mando de un buque sin rumbo que como el Titanic se hunde.

Esto no constituye ninguna novedad ya que el iceberg al que el radicalismo se dirigía a toda máquina ya había sido divisado años atrás pero nadie quiso, por falta de valor, corregir el trágico destino: en 2015 el susodicho presidente del partido, fue en la lista sábana como candidato a legislador y no entró, al mismo tiempo que Horacio Massaccesi sacaba como candidato a gobernador, un histórico 3% (16 mil votos) algo inédito después de 28 años de victorias radicales.

A lo que se le sumó antes, la derrota de Miguel Saiz que en 2013 no logró entrar como senador y quedó tercero muy cerca del PO. Quien escribe ya no milita en el radicalismo pero ve con dolor la situación ya que de joven la UCR supo ser su único amor.

Por eso Darío te sugiero que no cumplas con la tradición de buen marino que se hunde con su barco, dejá que la UCR se salve para que no termine como el Titanic: renunciá mientras puedas.

Adrián Acejo

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