Las competencias parentales
Pese a que la conformación de la familia ha cambiado a lo largo de la historia, puesto que hace tiempo que dejaron de ser exclusivamente nucleares para ser monoparentales, extensas, homoparentales, entre otras categorías, su función sigue siendo la misma. Es en el ámbito de la familia que las personas incorporamos las normas sociales y adquirimos las competencias correspondientes que nos permiten interactuar con el entorno.
Aunque en la medida en que nos vamos desarrollando, nos interrelacionamos con los demás y recibimos la influencia de otros contextos tales como la escuela, es necesario señalar que la familia es el ámbito –por antonomasia– que nos permite o no un crecimiento saludable, y las experiencias que allí tenemos influyen para toda la vida.
Es por ello que la parentalidad es tan relevante para el desarrollo de las personas. A qué se denomina parentalidad? A las funciones que cumplen padres y madres en la educación y cuidado de sus hijos. En este sentido, cada padre o madre sigue patrones que aprendió de sus padres.
Según la autora Alicia Muñoz Silva, la parentalidad refiere a la tarea de los padres y madres para asegurar la supervivencia y crecimiento sano de los hijos, aportarles el apoyo afectivo y emocional para que se desarrollen psicológicamente sanos, capacitarlos para que se relacionen de forma competente con su entorno y acompañar la influencia de otros contextos que contribuirán en la tarea educativa y socializadora de la familia, como por ejemplo la escuela.
Por su parte, el autor Jorge Barudy distingue dos formas de parentalidad: la biológica, que refiere específicamente a la procreación, y la social que alude a la capacidad para proteger, educar y socializar a los hijos. Afirma que las competencias parentales se adquieren en las familias de origen, en la relación con los propios padres.
Siguiendo la línea de pensamiento de Barudy, recuerdo a los padres de un adolescente que cometía delitos que afirmaban que le habían enseñado a comportarse correctamente. Sin embargo, al indagar en la vida de ambos adultos, verifiqué que ellos y todos los que residían en ese barrio habían usurpado los terrenos que ocupaban, que no estaban conectados legalmente al servicio de electricidad y habían mentido para acceder a un beneficio que el Estado otorgaba a familias con determinadas características.
Tal como afirman Cristina Sallés y Sandra Ger, evocando a Barudy y Dantagnan, es por ello que hay padres adoptivos que pueden desempeñar eficientemente sus funciones parentales ya que la aptitud no la brinda el concebir hijos sino lo aprehendido de los padres de crianza.
Rememoro aquel padre adoptivo que jugaba al “almacén” con su hijita. Al revisar su historia narró que había sido criado sólo por su madre, que había sido comerciante y solía jugar con él en el local comercial.
La familia debe ser el espacio en el que los hijos se desarrollen sanos y con capacidad para afrontar la vida.
* Especialista en trabajo social forense.
Comentarios