¿Llegó el tiempo de la intermitencia?
Las nuevas medidas se revisarán cuando termine la semana que comienza. La gobernadora Carreras pondría en juego su autoridad si tuviera que cerrar otra vez.
Gente que cree que es la voz autorizada sobre la educación porque tiene hijos en edad escolar, comerciantes devenidos locuaces epidemiólogos, tuiteros que hallaron justo, justo una teoría que confirma sus sospechas y muchos comunicadores que transforman sin rubor sus deseos en certezas reveladas. Cada vez que, como en la semana que termina, se profundizan las medidas de cierre de actividades que previenen los contagios, se amplifican mensajes que se autoperciben objetivos pero esconden intereses que, aun legítimos, impiden que sean reconocidos como evidencia irrefutable.
Peor es incluso una desobediencia (mal) entendida como rebeldía, un sustantivo que se metió en los discursos de los que no usan barbijo o deciden abrir sus comercios cuando la autoridad, en procura de la salud general, no lo permite.
Se vio en las ciudades del Alto Valle y se escuchó de dirigentes mercantiles de Roca. Hay hartazgo y el futuro de la actividad económica es delicada, pero las decisiones no las toma ni las decide un sector sino los gobiernos, que además de ser elegidos por una mayoría de ciudadanos, tienen cierta ventaja en su visión general.
Es cierto que los llamados a la desobediencia fueron más un intento de presión que una certeza, pero el discurso no ayuda a sobrellevar el momento.
Nueva semana
Mañana volverá la escuela primaria y los jardines de infantes presenciales en la Cordillera y en un puñado de ciudades pequeñas, esencialmente de la Línea Sur. Se flexibilizarán además los horarios de la circulación y de los comercios en toda la provincia (la presión tuvo resultados, después de todo).
El sindicato docente reclamó en Bariloche una vez más que, con la saturación de las plazas en los centros de salud, el regreso a las aulas no es la mejor decisión.
No todos los que trabajan en las escuelas que mañana volverán a la presencialidad están vacunados, y entre los docentes de las secundarias, casi ninguno.
La CTA le reclamó incluso al gobierno que se mantenga la virtualidad en todas las áreas de la administración pública.
Dura
La firmeza del gobierno de Arabela Carreras se pondrá a prueba si en una semana se hace preciso establecer nuevas restricciones en caso de que la experiencia de apertura no fuera como se planeó.
Esta etapa de la pandemia es más complicada, tiene índices de letalidad mayores y se transita con una gravedad tal que requiere internación en un hospital o sanatorio
Las primarias vuelven a las aulas en Bariloche, que tiene ahora un mes por delante antes de la temporada alta de invierno, a la que toda la ciudad apuesta luego de un 2020 para el olvido.
El intendente Gustavo Gennuso se ufanó ayer de lo bien que Bariloche cumplió la primera etapa de las restricciones blandas que arrancaron en abril y las duras, a mediados de mayo. Debería ser menos optimista del futuro porque la temporada de invierno está a la vuelta de la esquina (el martes empieza junio, un mes clave) y no hay ánimo de perder otra vez esos meses que suelen ser de turismo de mayor poder adquisitivo.
En los próximos 15 días se tendrán mayores certezas para tomar decisiones. La intermitencia es la clave de la nueva época.
Las vacaciones de invierno en las escuelas rionegrinas están previstas para el período que va del 9 al 25 de julio. Por ahora no se habla de cambios.
En la provincia de Buenos Aires sí están pensando en adelantarlas (igual que en la capital federal están previstas para las semanas que van del 17 al 25 de julio). En Bariloche suponían que podría haber cambios en la zona que aporta el mayor caudal de turismo de invierno en la ciudad, pero apostaban a un atraso, no a un adelanto.
Los referentes turísticos de Bariloche trabajan, junto a sus pares de otros destinos de invierno del país, en un esquema escalonado que permita que las vacaciones de mitad de año no sean en el mismo período en todo el país. De esta manera, la temporada tendrá pocos visitantes pero de manera constante.
Las nuevas medidas se revisarán cuando termine la semana que comienza. La gobernadora Carreras pondría en juego su autoridad si tuviera que cerrar otra vez.
Gente que cree que es la voz autorizada sobre la educación porque tiene hijos en edad escolar, comerciantes devenidos locuaces epidemiólogos, tuiteros que hallaron justo, justo una teoría que confirma sus sospechas y muchos comunicadores que transforman sin rubor sus deseos en certezas reveladas. Cada vez que, como en la semana que termina, se profundizan las medidas de cierre de actividades que previenen los contagios, se amplifican mensajes que se autoperciben objetivos pero esconden intereses que, aun legítimos, impiden que sean reconocidos como evidencia irrefutable.
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