Llegó la esperada porfía por el poder


“Cada uno tiene su ámbito”, delimitó Carreras al hablar de Weretilneck. Existe una gran tensión. Otros -como Di Giácomo- buscan una reunión, aún sin fecha ni lugar.


El oficialismo está confundido por la escaramuza en su cúspide. ¿Qué ocurrió entre la gobernadora y el senador?. Hay “buena relación” -declaró el viernes Carreras- y soltó una frase que explica parte de lo sucedido. “Cada uno tiene su ámbito de definición”, fue su encuadre. Es su resguardo a la autonomía gubernamental cuando Weretilneck le critica decisiones o le reclama otra actitud.

Esta hostilidad silenciada asomó en la forzada salida de Laura Perilli de Planificación, luego que se resolviera devaluar su cartera para incluirla en otra mayor, a cargo de Daniel Sanguinetti.

Perilli, del MPP y aliada al ex gobernador, presentó su dimisión, aceptada enseguida, pero la reforma quedó en suspenso.

Apartado, el senador cuestiona lo que percibe, otra vez, como “destrato” interno. Un malestar suyo reiterado, pero que ahora no contuvo y rompió la distancia autoimpuesta. La llamó y la charla fue inusual por la dureza de los reproches mutuos.

La incertidumbre se semblantea en funcionarios y dirigentes. La mayoría observa y ansía una cumbre de distensión, que intenta el diputado Luis Di Giácomo y, también, el intendente Gustavo Gennuso. Nada confirmado aún. Ni lugar, ni fecha. Ambos la alientan y, luego, la desalientan.

Si se extiende, el desacuerdo se advertirá en la elección de los dos jueces del STJ, en reemplazo de Adriana Zaratiegui (Viedma) y Enrique Mansilla (Bariloche).


Si se extiende, esta crisis se advertirá en la elección de los dos jueces del STJ. Los votos y hasta el orden del día tendrán valor si llega el oficialismo sin ningún acuerdo.


El proceso ya tiene elementos nuevos, más allá de la repetida injerencia política en la selección y el riesgo de relegar toda evaluación técnica de los candidatos. La inquisición por el espacio de la mujer es una variante, como también el protagonismo del STJ, con el impulso y militancia por la candidatura de su secretaria de Gestión, Silvana Mucci.

Esa postulación arrastra indirectamente otra particularidad, que es la contienda entre el presidente del STJ, Ricardo Apcarian y su similar del bloque oficialista, Facundo López. Ambos innegables referentes de Weretilneck. El juez alentó a Mucci por la vacante de Viedma y plantea bloquear el ascenso de Sergio Ceci, hoy secretario de la bancada de JSRN, y respaldado por el Colegio de Abogados. Emergió, en este contexto, la inscripción y la opción de Natalia Faluggi (vocal del Tribunal de Cuentas).

Carreras, por ahora, no modificó nada, incluyendo ubicar a su asesor Lorenzo Raggio en el STJ. No lo expone, pero va en esa dirección. Se reunió con postulantes y consejeros de Bariloche, Roca, Viedma y lo hará con Cipolletti. Y se juntó, además, con Apcarian. Repite su foco en la idoneidad y niega, en este caso, el cupo femenino. Esas incursiones fueron sin intermediarios. López, el habitual enlace, tiene otros planes para el STJ.

La proyección de Raggio tenía escollos y, para peor, la votación de los abogados barilochenses no lo favoreció. Fue segundo, pues ganó la abogada Griselda Ingrassia. Tercera, otra mujer, la jueza Cecilia Criado. Cuarto, el fiscal Martín Lozada.

El resultado potencia a Ingrassia, pero aún no es suficiente. Aquel voto andino no es vinculante para sus consejeros. Su ascenso -o el de Criado- cumpliría con el lugar para la mujer. Pero, Carreras no abandonó a Raggio.

Posiblemente, dentro de diez días, Juntos vaya con este dilema al Consejo de la Magistratura y, sin acuerdo, valdrán mucho los votos y hasta el orden del día. El primer punto corresponde a la vacante de Viedma. Si el elegido fuera el hombre (Ceci), la decisión final de la cuestión de género recaería en Bariloche o, mejor dicho, en la gobernadora.

El oficialismo está metido en una lógica y esperada porfía de poder. Weretilneck pretende algo distinto a “la voz” al que se lo reduce para la gestión. Acepta la potestad de la gobernadora, pero contrapone sus “consecuencias” políticas, que él pueda expresar.

Carreras no retrocede y redoblaría su respuesta si es cierto -como trascendió – que ya grabó entrevistas donde expone que va por la reelección en el 2023.

Un desafío que, por ahora, no quiso o silenció.



“Cada uno tiene su ámbito”, delimitó Carreras al hablar de Weretilneck. Existe una gran tensión. Otros -como Di Giácomo- buscan una reunión, aún sin fecha ni lugar.


El oficialismo está confundido por la escaramuza en su cúspide. ¿Qué ocurrió entre la gobernadora y el senador?. Hay “buena relación” -declaró el viernes Carreras- y soltó una frase que explica parte de lo sucedido. “Cada uno tiene su ámbito de definición”, fue su encuadre. Es su resguardo a la autonomía gubernamental cuando Weretilneck le critica decisiones o le reclama otra actitud.

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