Los internos de la Unidad 11 de Neuquén volvieron a recibir visitas
Se habilitan desde hoy lunes, en forma rotativa por pabellón y bajo un estricto protocolo. En el futuro se incluirá al resto de la provincia.
Con la presencia de seis familiares se reanudaron hoy las visitas a los internos de la Unidad de Detención 11 que estaban suspendidas desde el 20 de marzo, cuando comenzó la pandemia de coronavirus. Fue bajo un estricto protocolo de seguridad sanitaria, en un aula preparada en forma especial y sin que pudieran mantener contacto físico.
La visita la recibieron personas que están en el pabellón 2 de la cárcel del Parque Industrial. Estaba previsto comenzar con el 1, pero los detenidos se negaron a cumplir con el protocolo: pidieron recibir a sus familiares dentro del pabellón, como era costumbre antes de la pandemia y aun a riesgo de contagio. Lo mismo pidieron delegados de otros pabellones.
A este primer día asistieron el vocal del Tribunal Superior de Justicia, Germán Busamia, el fiscal jefe Rómulo Patti, la jueza de Ejecución, Raquel Gass; la funcionaria de la fiscalía y autora del protocolo, Agustina García; Alejandra García, quien tuvo a cargo el informe de seguridad e higiene; el subsecretario de Gobierno, Juan Ponchiardi, y el director de Unidades de Detención, Néstor Ibáñez.
La comitiva se reunió con los delegados de los pabellones, de quienes recibieron reclamos de toda naturaleza: desde el estado de sus causas, hasta problemas con la comida, la provisión de elementos de limpieza, y la requisa a las cosas que les traen sus familiares.
Sin contacto, sin mate
El estricto protocolo que gobierna las visitas incluye, entre los detalles más importantes, que los internos podrán recibir una sola visita.
Asdemás no podrán tener contacto físico, tampoco compartir el mate ni consumir alimentos o bebidas, algo muy común durante estos encuentros.
En todo momento deberán utilizar tapaboca.
El resto de las medidas de seguridad también son las habituales: antes de ingresar, a las visitas les tomarán la temperatura, les harán higienizarse las manos con agua y jabón, y deberán llenar una declaración jurada.
Además deben pasar el filtro etáreo (tener más de 18 años y menos de 65) y no padecer una serie de enfermedades que las pueden colocar en los grupos en riesgo. Las embarazadas también quedan excluidas.
La duración de la visita será de una hora, y en el salón dispuesto para las mismas no podrán reunirse determinada cantidad de personas.
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