Los mitos construidos sobre la tartamudez, a partir de la consagración de Francisco en La Voz

Un integrante de la delegación patagónica de la Asociación Argentina de Tartamudez explica en profundidad la perspectiva desde la cuál debe abordarse el tema.

La popularidad que alcanzó Francisco Benítez al consagrarse como ganador del certamen La Voz Argentina, edición 2021, dio el puntapié para conversar sobre la tartamudez. ¿Cuáles son los mitos que aún se reproducen socialmente?

El primero es decir que se trata de una enfermedad o trastorno. No lo es. La tartamudez se define como una inhabilidad para hablar de forma fluida.

El fonoaudiólogo, Rodrigo Contreras, integrante de la delegación patagónica de la Asociación Argentina de Tartamudez, explicó: «ocurre por una base genética con la que ya cuenta esa persona, y que es el predisponente principal a que tartamudee. No hay una causa puntual: no solo es esa base genética que hace que esa persona comience a tartamudear, sino que el funcionamiento distinto de su cerebro también lo predispone a que ocurran estas alteraciones en la fluidez. Es un cerebro totalmente sano, pero que funciona de forma distinta al de una persona que habla de forma fluida. Luego obviamente están los factores ambientales y sociales en los que ese niño, o dentro de los que ese niño empieza a desarrollarse, que también juegan o cumplen un factor importante.»

Por eso el especialista recomendó hacer una consulta temprana, ya que es muy común que aparezcan síntomas en la primera infancia.

Agregó que hablar de enfermedad o trastorno «siempre nos lleva a hablar de cura, y una de las primeras cosas que siempre hablamos con los papás es que no es algo que tengamos que buscar una cura, sino que uno de los primeros objetivos en la intervención temprana es poder reestablecer esa fluidez, y en caso de que estemos frente a una tartamudez persistente, o sea que va a acompañar a este niño durante todo su desarrollo es poder establecer estrategias de habla cómodas. Tartamudeando o no. No asociamos la comodidad ni el éxito en cuanto al habla solamente por la fluidez, sino que ese niño puede decir lo que quiere decir de la forma que sea: con o sin saltitos.»

El profesional remarcó que es importante también desterrar el mito de que «milagrosamente» la tartamudez desaparece o ponderar las historias de famosos -deportistas, artistas- que han «luchado» y la han «superado». «Muchas veces este mensaje hace que una persona que tartamudee tome como ejemplo ese tipo de situaciones y atraviese por un período de frustración, por el hecho de no poder hacerlo igual. Encima son referentes enormes, ya sea cantantes o actores de Hollywood», dijo.

Una persona que tartamudee puede cantar de manera fluida, como le pasa a Francisco. Contreras indicó que esto se debe a que cuando una persona canta «las estructuras cerebrales que intervienen dentro de lo que es la canción son totalmente distintas al del habla espontánea. Entonces si bien utilizamos los mismos hemisferios para hablar y cantar es distinta la información o el accionar que tiene cada uno

Señaló: «Todo el hemisferio izquierdo es el que controla y domina que es lo que voy a decir: si voy a utilizar un adjetivo, un sustantivo, cómo voy a armar la frase. Toda la parte derecha, frontal sobre todo, se encarga sobre cómo va a salir eso que está armado en el izquierdo: qué tipo de músculos voy a utilizar, que tipo de tensión va a haber en ese habla. En una canción esa persona tiene armado lo que va a decir, qué tipo de movimientos hacer, es como todo más armado. La parte derecha, en lugar de coordinar estos movimientos únicamente recibe la información que hay dentro de la canción, y luego en la parte izquierda se empieza a trabajar con lo que es el ritmo, con lo que son las pausas. Si bien intervienen los mismos hemisferios para lo que es el habla espontánea del canto, el trabajo que hacen es totalmente distinto.»

Podría pensarse que una lección oral memorizada o un discurso también podría ser fluido. Sin embargo no necesariamente, ya que la diferencia allí es que «una canción va a ser siempre la misma, por más que nosotros queramos variar el tono». En las otras situaciones interviene la espontaneidad.

¿Cómo ayudamos a que una persona que tartamudea se sienta cómoda charlando? El fonoaudiólogo respondió: «lo primero es darle el tiempo que esa persona necesita para terminar de decir lo que quiere decir. Muchas veces no es necesario ponerlo en palabras: «yo te espero, yo te escucho». Simplemente darle el tiempo. Compartiendo el tiempo con personas adultas lo ideal es en algún momento poder conversar sobre el tema, y que no esté ese elefante rosa en la habitación. Poder hablar abiertamente sobre la tartamudez es una estrategia como para sacar esa mochila. Pero simplemente el hecho de esperar, no interrumpirlo, ni ayudarlo a terminar una frase o una palabra».

Para profundizar sobre el tema o tener más información se puede seguir las cuentas en redes sociales de la Asociación. En Instagram: @aatdelegacionpatagonica y @tartamudez. En Facebook: Asociación Argentina de Tartamudez y Delegación Patagónica de la Asociación Argentina de Tartamudez.


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