Mediación comunitaria, cada vez más en Bariloche

En lo que va del año la Defensoría del Pueblo intervino en 140 mediaciones comunitarias. Los registros con los que cuenta el área terminaron por confirmar el crecimiento de un instrumento que logró más de un centenar de acuerdos durante el pasado 2016.

“La proyección para este año es que va a duplicar al anterior”, sostuvo la defensora Beatriz Oñate acerca de los 186 casos concretados. Confió que se trata de una herramienta “que se tiene que seguir difundiendo” para encausar la resolución de un conflicto.

Según los datos aportados por el organismo, los problemas vecinales encabezan el ranking de atenciones dejando en segundo lugar a los alquileres y la medianería, una constante del 2016.

Oñate, quien asumió como defensora hace dos meses, consideró que los conflictos suelen surgir por la “falta de comunicación” entre las partes.

Explicó que se mantiene un grado de celeridad “importante” en la resolución aunque en otros casos terminan por derivas algunas temáticas a instancias judiciales.

“No todo es mediable”, aseguró sobre conflictos que derivan en causas penales. No obstante destacó la importancia del servicio por ser gratuito y confidencial, además de contar con un seguimiento de los casos una vez generados los acuerdos.

Un dato que llama la atención es que los convenios entre las partes no suelen ser refrendados en un papel. De hecho, el 92% de los compromisos terminan por ser verbales y apenas un puñado requiere hacerlo por vía escrita.

“Le seguimos dando mucho valor a la palabra”, dijo la Defensora sobre un trámite que continúa con llamados telefónicos a las partes para monitorear el cumplimiento de lo acordado.

Su experiencia en cuestiones de índole social, es abogada laboralista, le permite afirmar que las mediaciones son confiables “porque la gente sabe que es escuchada”. Aseguró que el “secreto” del éxito es la posibilidad de resolver un conflicto con las partes en un mismo espacio y no depender de un tercero.

Otro de los puntos fuertes que mencionó es el cuidado que exige el manejo de cada caso. Los operadores a cargo de las mediaciones cumplen en hacer de las notificaciones algo presencial, y de esta manera explicar el caso a la parte denunciada. Luego se coordinan los encuentros y se da inicio al diálogo.

“La voluntad de las personas y el valor de la palabra es lo que hay que rescatar”, insistió Oñate acerca del compromiso de las partes involucradas.

A los problemas por falta de comunicación, medianería, filtraciones, deudas, zoonosis y ocupación de tierras, ahora se suman cuestiones de derecho al turista. Un acuerdo a nivel nacional establece que el organismo debe acompañar y proteger derechos y garantías de los visitantes.

“Tratamos de abarcar todo el ejido municipal”, explicó Oñate sobre el avance de las mediaciones en los distintos puntos de la ciudad. Para ello ya se están coordinando instancias barriales para resolver problemáticas en los lugares en las que se inician.

“El desafío de la Defensoría es sensibilizar a los diferentes actores para que miren hacia los sectores postergados”,

comentó la defensora Beatriz Oñate.

El lugar de las consultas

Los problemas que llegan hasta Quaglia 740 son variados. Pero una de las consultas que va en aumento involucra a los jóvenes y el acceso al empleo. “No es solo el desempleo, sino la inclusión laboral, uno de los desafíos a resolver”, dijo Oñate.

Otra de las preocupaciones pasa por la prevención de la violencia institucional. Sin embargo este punto ya se comenzó a trabajar con la Secretaría de Niñez y Adolescencia de Río Negro y la apertura de dos centros de atención en Bariloche. El proyecto comenzó a delinearse y se anunció que se dispondrá de un edificio en el Alto y otro en el oeste de la ciudad.