Mesas cooperativas ante la oleada Covid


Ante otra ola Covid-19, propugnamos anticipar mesas cooperativas que evalúen y articulen un menú de antecedentes y medidas solidarias, tanto para aglutinar y redistribuir recursos cuanto para afrontar el más que probable estallido de múltiples y diversas necesidades emergentes, con la mayor fraternidad posible.

Hablamos de “mesas” con respuestas satisfactorias no solamente a personas pobres (42%) sino a desocupados y subocupados, con el propósito de ofrecerles un lugar en torno a una mesa cooperativa, un lugar que favorezca transitar una vida digna para reanimarnos en pandemia a redescubrir el sentido de la vida y de la realidad.

Pensamos en mancomunar activamente a sujetos y actores de la sociedad como bancos de alimentos, pymes, cooperativas, sindicatos, ONG´s de reconocida trayectoria y solvencia (Red Solidaria, Caritas, Conciencia, etc.), referentes éticos e instituciones locales; para vincularlos con establecimientos educativos, institutos industriales y agro técnicos a los fines de programar cómo se podría realizar desde mesas cooperativas, un abordaje integral en diferentes barrios o pueblos, si un vertiginoso recrudecimiento de casos de coronavirus incrementa la fragilidad y la vulnerabilidad de personas cuyas posibilidades o recursos propios son nulos o no alcanzan mínimamente para vivir o sobrevivir, decorosamente.

Estas mesas cooperativas deberían ponerse en funcionamiento rápidamente, involucrando y comprometiendo principalmente a directores, secretarios y ministros de desarrollo y políticas sociales, a consejos de la niñez, adolescencia y familia, a representantes de casas de estudios de todos los niveles públicos y privados, al profesorado, al alumnado terciario, universitario, etc.

Estamos convencidos de que la responsabilidad social educativa, académica y/o universitaria, no debiera limitarse a proveer enseñanza, saberes y aprendizajes sino, singularmente, en situaciones pandémicas como esta, a cooperar ágil, simplificada y aplicadamente, en la planificación y organización del abordaje territorial e identificación de los sectores y personas más vulnerables, a los efectos de contribuir substancialmente con programas propios, bancos de ideas y micro proyectos, a prever y activar una estructura de contención y salvaguarda ante esta temible “segunda ola” vírica.

La economía cooperativa, la economía del cuidado y el desarrollo local forman parte de un triángulo virtuoso el que, más allá de la emergencia y de la asistencia, puede ser una salida laboral y productiva capaz de mover el trabajo mediante, por ejemplo, cortaderos de ladrillos, construcción de pequeñas soluciones habitacionales, producción de alimentos (micro granjas, viveros, frutales y huertas comunitarias), micro producciones textiles, cuidado de personas, reciclado, ferias barriales, florerías, comercio ambulante, artesanado, changas, etc.

Por último, según nuestro Martín Fierro, “no es raro que a uno le falte, lo que a algún otro le sobre”. Entonces ante esta segunda ola del arrasador “oleaje Covid”, urge ponernos como objetivo sumar, multiplicar y aportar cooperativamente, desde el sector educativo, para que tantos involuntarios habitantes de la calle, familias sin trabajo, múltiples y diversos trabajadoras y trabajadores informales, como también aquellos que no pueden acceder a una canasta alimentaria elemental, puedan vivir la pandemia al menos dignamente, menos expuestos a la morbilidad y a la luctuosidad en la perspectiva de paridad de trato y de oportunidades, una garantía… ¿aun con alcurnia y supremacía constitucional?

* Experto CoNEAU en Cooperativismo


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