Militares procesados: la noche que Martha no olvidó jamás

La menor de las hijas de la familia Perlinger cuenta cómo vivió el operativo del 30 de marzo de 1976 en Bariloche. Ese día secuestraron a sus dos hermanos y a dos amigos, y un día antes habían detenido a su padre. La Justicia avanza contra dos exsubtenientes.

Lo recuerda como si hubiera ocurrido ayer. Con una voz clara y pausada, Martha Perlinger relató cómo la noche del 30 de marzo de 1976, a muy pocos días del golpe militar, se despertó junto a su madre al sentir un estruendo en su casa del kilómetro 11 de la avenida Bustillo.

“Escuchamos ruidos, golpes y gritos. La policía y el ejército habían entrado a mi casa y tenían en el piso a mis hermanos y a dos amigos. Con mi madre, cerramos la puerta, nos vestimos mientras ellos revisaban toda la casa. Yo tenía una fotito del hijo del jefe del Regimiento. Creo que por eso, no nos llevaron a nosotras pero sí a los hombres”, narró la mujer, de 61 años que, en ese momento, sólo tenía 14.

El día anterior, los militares habían detenido a su padre, el coronel Luis César Perlinger, cuando regresaba de Copahue.

En principio, fue trasladado a Neuquén y luego, al Penal de Magdalena, en la provincia de Buenos Aires, hasta casi el regreso de la democracia. Su familia conoció su paradero bastante tiempo después de su detención.

No viví con miedo. Quizás una coraza innata. Pero a veces, cruzaba la calle y pensaba quizás que alguien me estaba mirando

Martha Perlinger

“Ya le habían dicho a mi padre que tuviera cuidado. Había rumores de que entrenaba a guerrilleros, cosa que no era verdad”, destacó Martha.

Reconoció que recién volvió a relatar lo ocurrido muchos años después, al prestar declaración en la causa por los allanamientos ilegales en la casa de su padre y el secuestro de esos cuatro jóvenes. El viernes pasado se conoció el procesamiento firmado por el juez federal Daniel Rafecas para los subtenientes del Ejército, Francisco José Maqueda y Ricardo Beltrán Balestrino.

Martha Perlinger es guía de turismo y siempre vivió en Bariloche. Foto: Marcelo Martínez

Maqueda vive hoy en el barrio Las Chacras de Bariloche. Fue procesado sin prisión preventiva como coautor del allanamiento ilegal. Balestrino, que reside en Tigre, fue procesado como coautor de la privación ilegitima de la libertad agravada por mediar violencia y amenazas contra Alejandro Floro Perlinger, Gustavo Alberto Perlinger, Daniel Colombo y Emilio Ramírez.

“Me acuerdo que mi hermano Alejandro decía que no podíamos dormir todos juntos porque en Córdoba ya habían matado a toda una familia. Por eso, dormíamos en casas diferentes pero esa noche se habían llevado a papá y dormimos en mi casa”, indicó Martha a Río Negro.

Al día siguiente del secuestro de sus dos hermanos, se dirigió a la Escuela Militar de Montaña de Bariloche junto a su madre. Pero en la guardia, les dijeron que no tenían información.

A los pocos minutos, puntualizó Martha, ingresó el militar que había encabezado el operativo en su casa. “Yo lo conocía por eso, lo miré a los ojos y le pregunté a dónde estaban mis hermanos. Dijo que no sabía nada. No sabíamos siquiera si estaban vivos”, mencionó la mujer. Dos semanas más tarde, liberaron a los jóvenes en el Alto de la ciudad. Su padre, en cambio, permaneció detenido durante seis años.

Seguí mi vida, terminé la escuela, estudié para guía de turismo y me quedé a vivir acá

Martha Perlinger

En 1984, Perlinger, junto a otros militares demócratas, conformó el Centro de Militares para la Democracia Argentina. “Fue emocionante. Una autocrítica de los militares al golpe de estado -mencionó con ojos llorosos- que resaltaba el respeto a las personas y a las ideologías más allá de lo que piense cualquiera. Todos estamos por una vida mejor”.

Al ser consultada sobre el procesamiento, Martha enfatizó: “La justicia está. Maqueda era amigo de la familia. Teníamos una relación muy cercana. La justicia dirá cuál fue la responsabilidad de cada uno. Puede haber perdón; quedarse resentida es una energía muy fuerte. Pero le negación tampoco es una salida a la situación”.


Lo recuerda como si hubiera ocurrido ayer. Con una voz clara y pausada, Martha Perlinger relató cómo la noche del 30 de marzo de 1976, a muy pocos días del golpe militar, se despertó junto a su madre al sentir un estruendo en su casa del kilómetro 11 de la avenida Bustillo.

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