El cementerio también cuenta historias

Detrás de los muros se pueden recorrer los mausoleos más antiguos, como el Taillefer y del exintendente Miguel Mango. En 2012 se realizaron visitas guiadas.

El cementerio Central de la ciudad de Neuquén, que fue construido en 1906, también es parte de los recorridos turísticos que se pueden realizar en la ciudad.

En 2012, desde el municipio se organizaron visitas guiadas para conocer la historia de los mausoleos que se encuentran y de los personajes históricos de la capital de Neuquén. Sin embargo, la propuesta tuvo poca repercusión entre los vecinos de la ciudad y los turistas y se canceló.

Quien desee “chusmear” un poco de la historia que se escribe dentro de los altos muros, coronados por el mural “Los Elogios” de Carlos Juárez, se encontrará a metros de la entrada principal con el imponente panteón del exintendente Miguel Mango. Es el único del cementerio que tiene cúpula.
Fue declarado de interés histórico en 2003, por la ordenanza 9.593, durante la gestión de Horacio Quiroga.

En ese sector se encuentran los mausoleos y tumbas más antiguas del cementerio y se destacan por su arquitectura que revela parte de la historia del arte de la ciudad.

Al recorrido se puede sumar el panteón de Taillefer, una de las familias pioneras de la capital. Según la descripción que realizó hace años la arquitecta y artista plástica, Liliana Montes Le Fort, “la construcción es de arquitectura ecléctica, su fachada posee columnas dóricas que enmarcan el acceso, a través de tres escalones. Todo el conjunto posee influencia renacentista”.

El cementerio tiene a los costados de la calle principal, a unos 100 metros del ingreso, dos cruces a ambos lados con leyendas que hacen referencia a la madre y al padre. Allí pueden ir a llevar flores quienes tienen sus padres fallecidos y sepultados en otro lugar.

Allí también se encuentra también el panteón del exintendente Horacio Quiroga, fallecido en 2019. Su mausoleo contrasta con los que se encuentran a su alrededor. Mientras unos son construcciones antiguas con imágenes de ángeles y cruces, el del exjefe comunal es de mármol oscuro, con una puerta estrecha con un vidrio esmerilado y sin ningún otro detalle, excepto por el bando se encuentra su frente.

Entre las tumbas en suelo también se pueden encontrar curiosidades y anécdotas. Y para los más curiosos o amantes de las leyendas, el cementerio central tiene muchas para contar. Mitos o verdades, lo cierto es que al ingresar allí a conocer esas históricas, uno siempre se convence que fueron verdad. Una de las replicadas es la Josesita, una niña que murió trágicamente y que dicen, suele rondar de vez en cuando por las calles de la ciudad en busca de justicia. La leyenda cuenta que nadie pudo contar la historia de esta pequeña de manera completa, porque al acercarse el final siempre sucede algo que lo impide, un corte de luz, una lluvia intempestiva, algo que se cae al suelo.

El cementerio fue planificado por el primer gobernador del Territorio del Neuquén, Carlos Bouquet Roldán, “cerca del sol para que los vivos vivan cerca del agua”.


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