Incorporan nuevos principios ambientales para limitar un proyecto hotelero en Bariloche

El Concejo Municipal, por unanimidad, estableció nuevos principios regulatorios para las construcciones. Con la norma, el emprendimiento Cauma, de laguna El Trébol, deberá tener 3.000 metros cuadrados menos.

El Concejo Municipal de Bariloche convirtió en ordenanza un proyecto presentado por el Frente de Todos para aplicar una nueva regulación en defensa del ambiente por el cual -a la hora de evaluar proyectos inmobiliarios- será obligatorio aplicar la norma más restrictiva, en especial en el ámbito de las “reservas naturales urbanas”. Esta medida podría acotar el proyecto hotelero Cauma, que genera el rechazo vecinal.

El dato saliente es que la ordenanza fue aprobada por unanimidad después de que el oficialismo había votado en contra durante el tratamiento en comisión. El cambio de postura se dio durante un sugestivo cuarto intermedio, que terminó por inclinar la balanza en favor de una iniciativa incómoda para el Ejecutivo.

El artículo 1 de la ordenanza que ahora dependerá de la promulgación del intendente Gustavo Gennuso establece que de existir dudas o controversias al momento de evaluar un proyecto de obra “deberán ser resueltas de manera tal que favorezcan la protección y conservación del medio ambiente, dando preferencia a las alternativas menos perjudiciales”.

Otra cláusula prevé un mecanismo similar cuando estén en juego “recursos de agua o ecosistemas conexos”. Con la apelación al latín que todavía rige en el derecho, los principios fueron definidos como “in dubio pro natura” e “in dubio pro aqua”.

La concejal Julieta Wallace dijo que de ese modo el municipio no hace más que recoger las últimas tendencias de la legislación y los tratados internacionales en materia ambiental y también un proyecto de ley que va en el mismo sentido y ya tiene media sanción en la Cámara de Diputados.

A nivel local, lo que está en juego en lo inmediato son las condiciones que debe cumplir el megaproyecto hotelero Cauma, que pretende desarrollar un grupo inversor en la zona de lago Moreno, y que ya cuenta con permisos preliminares por parte del municipio.

Wallace reconoció que ése fue el propósito expreso de su iniciativa, pero dijo que la nueva ordenanza servirá también para dirimir conflictos de interpretación en el caso de otros emprendimientos constructivos a futuro.

El texto aprobado incluye un artículo que despeja dudas sobre la ubicación del proyecto Cauma y confirma expresamente que esa parcela se encuentra dentro de la reserva natural urbana El Trébol, de modo que debe atenerse al plan de manejo que rige en ese perímetro.

La ordenanza fue reclamada con insistencia por los vecinos de los barrios lindantes, que denunciaron varias veces los daños generados por la expansión inmobiliaria, y apuntaron específicamente contra los movimientos de suelo y apertura de caminos ya iniciados por el proyecto Cauma.

El Ejecutivo municipal había sostenido hasta ahora el criterio de aplicarle a Cauma los parámetros constructivos del “plan urbano ambiental del Oeste”, aprobado en 2019, que es menos restrictivo.

Wallace dijo que entre ese plan general y el del área protegida “hay una diferencia de unos 3.000 metros cuadrados”, según reconoció el propio subsecretario de Planeamiento y Sostenibilidad Urbana, Claudio Romero. Es decir que con el plan del Oeste Cauma podría construir unos 9.500 metros cuadrados y con los criterios de la reserva natura El Trébol solo se le permitirían 6.500 m2.

En la zona oeste, donde hay varios humedales y reductos de bosque nativo, el municipio cuenta también con las áreas protegidas de Morenito/Ezquerra, Las Cartas y La Ermita. En todos esos casos, cuando colisionen los parámetros de uso de suelo allí regulados con los del plan urbano general del Oeste deberá aplicarse el criterio más favorable en defensa del agua y del ambiente.

La ordenanza señala en sus fundamentos que la normativa urbana municipal “está en permanente revisión, en virtud de las necesidades de adecuación a las demandas habitacionales y del sector inmobiliario por un lado, y por el otro al imperativo de conservación y sustentabilidad”.

Wallace explicó que la innovación de la ordenanza sancionada el jueves es otorgar prioridad a los principios como “in dubio pro natura” e “in dubio pro aqua”, antes que otros otros tradicionales del derecho como “ley posterior deroga ley anterior”.

Destacó que hasta ahora el Ejecutivo no se ajustó a esa interpretación y decidió relegar los planes de manejo de las reservas urbanas. Dijo que esos planes “tienen un sentido en sí mismos, que es la preservación de los ecosistemas (presentes en las reservas) y su biodiversidad”.

Señaló que legislar ese tema en abstracto puede parecer un tecnicismo, pero “cuando hay un caso concreto (como Cauma), aparecen las pugnas arriba del a mesa”.

Según la concejal, es indispensable que el municipio tenga una regulación clara en esos puntos. “Si estamos realmente todos de acuerdo en el cuidado del ambiente y la lucha contra el cambio climático, son estas iniciativas las que debemos acompañar” dijo durante el debate, cuando descontaba que tenía apoyo de toda la oposición pero que JSRN votaría en contra.

Ese supuesto se fundaba en que Carlos Sánchez, el presidente de ese bloque, había dictaminado por la negativa al proyecto apenas dos días antes, cuando se trató en la comisión de Gobierno y Legales.

Deliberación y sorpresa

Durante el tratamiento en la sesión, y después de escuchar a Wallace, Sánchez pidió un cuarto intermedio para retirarse a evaluar el tema con su bloque. Cuando volvieron, sin exponer fundamento alguno, precipitaron la votación y todos levantaron la mano a favor de la ordenanza.

Ante una consulta posterior de este medio, Sánchez dijo que “a veces uno se adelanta en el dictamen” y que la opinión del bloque cuenta a la hora de fijar postura definitiva. Sugirió así que varios de sus compañeros habían decidido acompañar la ordenaza y su rechazo había quedado en minoría en la interna de JSRN, lo cual lo impulsó a cambiar de postura por disciplina partidaria.

Había en la sesión diez concejales presentes. De modo que si JSRN se oponía, la votación podría haber terminado en un empate en cinco y hubiera obligado a la presidente Natalia Almonacid a definir la suerte de la ordenanza. Pero en otro movimiento llamativo, Almonacid se retiró de su banca al comenzar el tratamiento del proyecto y dejó en la presidencia a Ariel Cárdenas (Bariloche por el Cambio). Recién volvió tras el cuarto intermedio en el que Juntos acordó votar por el “sí”.

Sánchez dijo que en el análisis final del tema se permitieron “una mirada más técnica” y, con asesoramiento del Ejecutivo, comprobaron que no habrá una afectación seria a los proyectos en curso.


El Concejo Municipal de Bariloche convirtió en ordenanza un proyecto presentado por el Frente de Todos para aplicar una nueva regulación en defensa del ambiente por el cual -a la hora de evaluar proyectos inmobiliarios- será obligatorio aplicar la norma más restrictiva, en especial en el ámbito de las “reservas naturales urbanas”. Esta medida podría acotar el proyecto hotelero Cauma, que genera el rechazo vecinal.

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