Hace unos días concluyó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP15) con un pacto histórico: decenas de países se comprometieron a proteger el 30% de la superficie terrestre y marina antes de 2030 para preservar la biodiversidad, lo que representa un logro sin precedentes para nuestros bosques, nuestra fauna, nuestros mares, y también para los suelos que pisamos. El cuidado de la vida que está presente en los suelos en términos de microorganismos, insectos, entre otros,