La mentira naturalizada de la difamación y la falsa denuncia instala regímenes autoritarios en los cuales incluso el propagador de mentiras puede ser víctima de su propia medicina. El ser humano cuenta con un listado interminable de talentos espectaculares y de miserias aborrecibles. Tanto talentos como actos despreciables, han estado presentes en todos los tiempos de nuestra historia, y la verdad es que no hay nada nuevo bajo el sol del Siglo XXI. Pero hoy quisiéramos expresarnos en