Temeroso, el gobierno modificó y ofreció una suba salarial de alto riesgo. Promediará, a octubre, el 54% en el Ejecutivo y se proyecta más de un 60% para los haberes superiores. El aprieto financiero había consumado un milagro: el gobierno -o mejor dicho, parte de él- se había parapetado detrás de su política salarial y se insinuaba con inusual actitud, preparándose para resistir al embate gremial y afrontar tiempos de conflictos. Fue un estado fugaz. Bastaron horas para que el viern