Georgieva expresó que la sociedad argentina espera que el Gobierno “se tome en serio el control de la inflación”. Demanda que podría oírse en cualquier rincón del país. Hay una tensión central que caracteriza hoy a la política argentina: nadie puede asegurar hasta qué punto aquello que se define de modo genérico como el esquema de gobernabilidad democrática resistirá, sin daños estructurales, el embate del proceso inflacionario sin freno y sus efectos devastadores en la trama social.