La discrecionalidad de las capas intermedias y la displicencia de la capilaridad del Estado neuquino requieren problematizar sus prácticas. El ejercicio de una discrecionalidad no arbitraria, conversada al interior de los organismos públicos, es necesario y compatible con la vocación de servicio que también hace a la integridad de la función pública. El concepto integra un trabajo de la Oficina Anticorrupción denominado Las burocracias de calle como primera línea de Estado que firman Pila