El índice de precios y el dedo índice
El desactualizado IPC representa no solo una mera cifra, sino que indica la calidad de vida escondida detrás de un índice que mide poco y nada.
Usted ha percibido, casi asombrado y deprimido a la vez, que el índice de precios al consumidor que nos informan, del orden del 2 % ,2,1%, son porcentajes mágicos ( es decir por arte de magia) que llenan de orgullo al staff que comanda desde un escritorio. Explican lo que no alcanzamos a percibir debido a problemas de capacidad intelectual y revelan lo bien que estamos, lo bien que se manifiesta el incremento del salario real y su aumento medido en “dólares argentinos”. Lo suficiente que son los ajustes de sueldos, jubilaciones, del orden del 1%, 1,2 % etc. y que cada vez estamos mejor en este país de convencidos que vamos para adelante. Si no obtenemos buenas respuestas a nuestras inquietudes y dudas no se debe a que todo está peor, sino a que no hacemos bien las preguntas .
Los componentes y su importancia en el cálculo del índice de precios al consumidor (IPC) de Argentina no han sido modificados ni analizado en más de veinte años. Más o menos como el PBI que nunca baja y que en realidad está a niveles (per cápita) de hace 30 o 40 años. El IPC contiene una lista de consumos obsoletos y sin importancia que detallaré sucintamente y al solo efecto de ejemplo: azúcar , cacao , condimentos, cereales, miel , comidas a domicilio y otras idioteces que no merecen su mención. Sin olvidar que, en virtud de los beneficios de la política económica, los distintos niveles sociales se ven obligados a abastecerse con segundas y terceras marcas afectando su calidad de vida y los precios tomados en cuenta.
La inflación se sitúa en torno al 2 % mensual -según se dice – mientras vemos y sentimos que el índice no refleja la realidad de los gastos. Mucho menos los excesos a los que estamos expuestos ya sea en su dimensión (incidencia) o directamente ignorados. Léase : tarifas de energía , gas, agua , alquileres, impuestos municipales y provinciales (incrementados sin límites y obviando la diferencia entre tasas e impuestos y lo que debe incluirse en su base de cálculo), seguros , patentes, medicamentos, matrículas, transporte , etc., etc.
Todo este desorden es en su mayor parte originado por la reducción brutal y la omisión de las obligaciones del Estado nacional para construir y continuar las obras públicas imprescindibles (rutas , puentes , conservación, vías férreas y demás ) lo que afecta la productividad del orden económico que además se paga con la muerte e incapacidades de miles de ciudadanos.
A esto debe añadirse la reducción continua de la actividad economica, el consumo global y a la consecuente recesión que genera una incesante sangría de la recaudación de impuestos y aportes previsionales, que se ve afectada además por mecanismos espurios como los bonos BOPREAL (que ahora se aplicarán para el pago de impuestos ) o el pago anticipado o reducción de valuaciones del impuesto a los Bienes Personales.
La inflación no es lo que presiona contra el dólar, es el dólar controlado que presiona a la inflación. Dramáticamente , en una semana , se dilapidaron para contener su cotización US$ 1270 millones, lo que representa un monto que supera en más de dos veces la suma necesaria para la reconstrucción de la ciudad de Bahía Blanca .
Nunca se avanzará en tanto los responsables nos apliquen y condenen a aceptar la idea que la inflación es solo producto de la emisión monetaria y el no menos errado criterio que trata de explicar que el valor de la moneda depende en gran medida del monto en las arcas del banco central -reservas y oro- desconsiderando el resultado del trabajo de sus habitantes y la producción de bienes y servicios del país. La diferencia entre un ciego y un fanático es que el primero sabe que no ve, dicho que no me pertenece.
Obviamente esta situación provoca que nos encontremos cada vez peor y que la realidad de la inflación se encuentra afectada por el dedo índice que la apunta “ rebajándola ” en más del 30 , 40% o 50 %. Esto representa no solo una mera cifra sino que indica la calidad de vida escondida detrás de un índice que mide poco y nada. Solo refleja la variación de consumos irrelevantes , excepto por la carne, que es lo único que preocupa por su incidencia en la medición, y el consumo autóctono, que es “utilizado” -usado- para justificar su incremento.
* Contador, ex director de Rentas en Neuquén.
Usted ha percibido, casi asombrado y deprimido a la vez, que el índice de precios al consumidor que nos informan, del orden del 2 % ,2,1%, son porcentajes mágicos ( es decir por arte de magia) que llenan de orgullo al staff que comanda desde un escritorio. Explican lo que no alcanzamos a percibir debido a problemas de capacidad intelectual y revelan lo bien que estamos, lo bien que se manifiesta el incremento del salario real y su aumento medido en “dólares argentinos”. Lo suficiente que son los ajustes de sueldos, jubilaciones, del orden del 1%, 1,2 % etc. y que cada vez estamos mejor en este país de convencidos que vamos para adelante. Si no obtenemos buenas respuestas a nuestras inquietudes y dudas no se debe a que todo está peor, sino a que no hacemos bien las preguntas .
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