El Papa y Caperucita
Por Hugo Martínez Viademonte *
El 14 de junio pasado se dio a conocer que el Papa había mantenido una charla informal con editores de 10 revistas jesuitas ante los cuales habría expresado que “…para entender lo que está pasando (en la guerra entre Rusia y Ucrania) y detener la guerra, tenemos que alejarnos del patrón normal de ‘Caperucita Roja’: Caperucita Roja era buena y el lobo era el malo. Aquí hay no hay buenos ni malos metafísicos, en un sentido abstracto. Está surgiendo algo global, con elementos que están muy entrelazados. Alguien puede decirme en este momento: ¡Así que eres pro-Putin! No, no lo soy”, expuso el papa. “Sería simplista y erróneo decir tal cosa. Simplemente estoy en contra de reducir la complejidad a la distinción entre los buenos y los malos sin razonar sobre las raíces y los intereses, que son muy complejos. Mientras vemos la ferocidad, la crueldad de las tropas rusas, no debemos olvidar los problemas reales si queremos que se resuelvan”.
El texto fue comentado de inmediato y forma superficial por la prensa occidental. Tal vez como se trataba de una declaración fuera de lo reglado por la prensa oficialista occidental, se haya decidido no profundizar ni dar más espacio a la información a pesar de su hondo significado.
No se trata de un hecho destacado para quienes se alimentan, editores y lectores, de sólo récords Guiness. No son los 14 Roland Garros de Rafael Nadal, o de los miles de goles de Messi. Es de otra índole. Se trata de la primera declaración de un Papa en mil años que no se identifica automáticamente con el expansionismo bélico occidental.
El 15 de agosto de 1096 el Papa Urbano II lanzó formalmente el llamado a una cruzada a los cristianos de Europa para atacar a las fuerzas islámicas que poseían la llamada Tierra Santa que incluía la ciudad de Jerusalén. Desde entonces, ininterrumpidamente, los sucesivos Papas con el absoluto apoyo de la Curia Romana, han promovido, o seguido dócilmente todos los actos bélicos expansionistas del llamado occidente contra el Islam o todo ente político que represente Asia.
Resulta al menos curioso que una religión nacida en el Medio Oriente, Asia, con las primeras expresiones escritas en koiné, la lengua franca helénica, formulada teóricamente según los parámetros usuales de intelectuales orientales, etc. se haya mimetizado como bandera del activismo expansionismo occidental.
Por esta razón era “natural” que los nuevos Caballeros Teutónicos de la OTAN contaran con la bandera de la iglesia como parte del arsenal. Así como los navíos portugueses y españoles del siglo XVI completaban la motivación de sus viajes, con la declaración que el propósito de los mismos era difundir el evangelio, misionar, de ahí la famosa imagen de la Cruz y la Espada, los Caballeros de la OTAN eran bendecidos por alguna forma del cristianismo. Nunca una palabra, no ya de condena, ni siquiera un pedido de moderación de alguna iglesia por el hecho de la agresión en sí, y de los excesos de la soldadesca occidental. Silencio ante las violaciones, crímenes contra civiles, destrucción de escuelas, bombardeos a centros de salud, hospitales, artísticos, deportivos, etc.- Silencio sobre Afganistan, Vietnam, Argelia, Palestina. Silencio.
El Papa Francisco no acepta que el relato occidental de la guerra en Ucrania comenzó con fecha fija el 24 de febrero de este año. Quiere conocer la historia completa y rechaza el relato oficial de Caperucita Roja y el Lobo Feroz.
El Papa Francisco está seguro de la importancia que tiene la exposición de su firme resguardo de la identidad oriental y por ello hace su declaración con el respaldo absoluto de su historia jesuítica, rodeado de editores que comprenden lo que él dice, y con la presencia del General de la Compañía Arturo Sosa Abascal. Las declaraciones de Francisco tienen el trasfondo histórico de las abortadas misiones jesuitas a China de 1582 cuando la Curia Romana no aceptó los métodos misioneros llevados a cabo por los jesuitas, quienes defendiendo la identidad china no creían necesario que ese pueblo requiriera primero una culturización occidental previa para practicar el evangelio.
Por último, la exposición de Francisco enfrenta directamente el tradicional criterio de la Curia Romana sobre el tema lo que no es asunto de poca monta. La Curia es el corazón del Vaticano. Desde hace siglos ahí reside el centro de poder de la Iglesia Católica.
Como es sabido El Papado es la única monarquía absoluta no hereditaria existente en el mundo. Según las leyes todo el poder reside en la persona del Papa que gobierna sin ningún otro poder de equilibrio, consulta o participación. No tiene parlamento. Pero en los hechos su poder es mucho menor. La Curia Vaticana, nacida como círculo de protección y colaboración con el Papa se transformó, sobre todo a partir del siglo III, siendo emperador romano Constantino, en una institución de poder creciente hasta constituirse en la sede efectiva del poder papal.
Tiene antecedentes históricos que mejor explican su historia. La Guardia Pretoriana creada por el emperador Augusto en el año 27 Antes de Cristo (AC) fue creciendo desde un pequeño grupo de defensa personal del emperador, a transformarse en un cuerpo militar de élite, con autonomía suficiente para nombrar, deponer y en su caso asesinar emperadores. Tuvo una existencia de más de trescientos años hasta que el emperador Constantino la disolvió.
Durante el incipiente Imperio Otomano, el Bey Orhan I creó un cuerpo militar de élite para su defensa personal llamado los Jenízaros, que fue ganando prestigio y poder, a la vez que, como su antecesor, la Guardia Pretoriana, creció también corrupción y delincuencia, hasta ser disuelto drásticamente por el Sultán Matmut II en 1826, una vida de 496 años.
La Curia Romana que ganó experiencia y discreción, sin llegar a los excesos de sus antecesores, también siguió un camino de búsqueda de poder, prestigio y fortuna personal, hasta llegar a nuestros días con abundantes ejemplos de ocultamiento de delincuencia, negocios incompatibles con sus fines, apropiación de riquezas, venta de honores, ocultamiento de la verdad. Una carga que exige, también, una “perestroika” y una “glasnot” (reestructuración económica y transparencia de gestión) similar a la que proclamó Mijaíl Gorbachov para Rusia.
El poder de los Jenízaros Romanos se halla en franca lucha contra la decisión de Francisco en expurgarlos, salvo todo lo que tiene de salvable, que es mucho, para volver Curia a sus inicios. Que sus crímenes hayan quedado atrás. Pasos dados por el Papa como su declaración del 14 de junio hacen resurgir la luz de la esperanza.
* Escritor
Por Hugo Martínez Viademonte *
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite desde $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios