El último ser humano
En su libro “ Un mundo feliz “ (1932) el escritor Británico Adouls Huxley nos anticipó la alteración reproductiva de los humanos en una sociedad ordenada en castas y hombres felices mediante la manipulación de sus emociones a través del uso de drogas. Su hermano Julián fue el inventor de la palabra transhumanismo y ambos, junto a otros intelectuales, desarrollaron en los años sesenta del siglo anterior una filosofía denominada “La Nueva escuela de NewYork”. Las ideas preponderantes eran la eugenesia y la ingeniería genética en post de un hombre superior y mejorado .
A los largo de las décadas el cine y la televisión fue reflejando ese futuro , a veces con obras maestras (Blade Runner) , otras de inquietante realidad (Truman Show), en algún caso corporizando el futuro cercano (Matrix) o las que nos preparan para la destrucción del planeta y la colonización de otros, a través de humanoides artificiales con conciencia humana(Avatar).
Este film puntualmente nos quiere trasmitir que los planetas cercanos a la tierra son inhabitables para nosotros, pero no si se nos transforma en avatares, si se nos modifica tecnológicamente, podremos conquistarlos…¿para qué?
Desde hace algún tiempo se ha mediatizado el desarrollo del sistema ChatGPT de inteligencia artificial con el cual se pueden mantener conversaciones, formularle preguntas donde la carga de información si bien es generada por el ser humano se va autocorrigiendo a través de algoritmos en las sucesivas versiones, hasta un límite hoy desconocido.
Lo llamativo es que todo queda relacionado en el sistema que procesa en milisegundos el conjunto de la información obtenida a lo largo del tiempo. Nos preparan para interactuar con algoritmos, para aceptar la pérdida de innumerables profesiones y empleos, y para una gestión corporativa de las nuevas tecnologías.
Esta gestión desplaza al Estado como organización política institucional, lo cual se está viendo en la actualidad considerando quienes dirigen, gobiernan y comercializan estas tecnologías.
Vemos el nombre de multimillonarios mediáticos (Eleon Musk, Jeff Bezos, Bill Gates) como los precursores e impulsores de estas aquellas, que combinan la modificación genética y tecnológica del ser humano junto a la conquista espacial (por cierto lejos de están de ser los más ricos o poderosos del planeta) y a los Estados Nacionales interactuando con ellos a través de un intenso financiamiento público y privado .
Algunas experiencias
A la fecha ya existen prácticas en humanos vinculados mediante interfaces (dispositivos informáticos instalados en el cerebro que se vinculan entre sí a través de ellos). La empresa Neuralink ya lo hizo en cerdos y este año avanza en su implementación en humanos con discapacidades neurológicas.
DARPA, la agencia de proyectos de investigación de defensa de los EE. UU. avanza desde 1999 en implementar programas de investigación biohíbrida en roedores para controlar sus conductas a través de una computadora y semiconductores implantados desde el nacimiento del animal, para que cuando crezcan puedan ser controladas a distancia a través de una red neuronal.
Esta tecnología ha permitido al holandés Gert Jan-oskam volver a caminar a través de un puente digital en sus circuitos neuronales, como se conoció en estos días a través de los medios de comunicación globales.
La medicina seria el óptimo resultado en la implementación de estas tecnologías, pero lamentablemente vamos, y muy rápido, más allá.
Como lo dijo el Presidente del Foro de Davos en su libro “el gran reinicio “la neoglobalizacion convertirá todo en servicios”, un postindustrialismo donde seremos asistidos por la inteligencia artificial (salud, educación, trabajo) donde no será necesario ser propietario de nada pudiendo autoabastecernos mediante el pago de servicios.
La propiedad será de pocos, lo cual es coherente con la reducción vertiginosa de las clases medias en todo el mundo.
El transhumanismo
El transhumanismo al cual se dirige el ser humano a través de las nuevas tecnológicas representaran no solo el control de la conciencia y las emociones sino la prolongación de la vida, dado que la especie humana en su forma actual no es el fin de nuestro desarrollo sino un estadio temprano del mismo ( Nick Bostrom, Oxford University Pree 2014 ).
Desde el 2006 se desarrolla en Suiza el proyecto Blue Rain que ha logrado simular el cerebro de un ratón elaborando la totalidad de sus neuronas, encontrándose en fase de desarrollo un cerebro humano para que implantado dentro de un robot actué y piense por sí mismo.
La inmortalidad para los poderosos que puedan pagarla es el estadio más buscado en la actualidad y la transformación humana para conquistar el espacio (ante el agotamiento del crecimiento físico del capitalismo en el planeta) mediante tecnologías que puedan apropiase de nuestra conciencia para hacernos versátiles y más productivos, es la nueva fase de acumulación de capital que ya se asoma.
Abogado, docente de la Facultad Economía UNco*
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