Acaso sea lógico que sean cada vez más los decididos a dar prioridad a los intereses del grupo propio sin preocuparse por aquellos de los demás. No es ningún consuelo, pero la Argentina dista de ser el único país que está inmerso en una crisis política y económica agravada por la incapacidad de sus gobernantes para proponer una “salida” que, además de parecer coherente, merezca la aprobación mayoritaria. También lo están Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, los integrantes de la Un