Ninguna de las metas macroeconómicas que se sancionaron inspira la credibilidad de nadie. Ni la inflación prometida, ni el valor del dólar esperado, ni la recaudación posible… La aprobación del Presupuesto 2023 ofreció una triple evidencia: la de un país fallido que se promete a sí mismo nuevas mentiras como objetivos; la de una economía perforada por el continuo asalto de las corporaciones sobre el fisco; la de la fragmentación política que puede ocurrir si se suelta el cepo de las prima