JSRN y su jugada de manual predilecta


El voto de Weretilneck para que Doñate siga en el Consejo de la Magistratura llegó nuevamente acompañado por un anuncio de obras para la provincia.


Un favor al kirchnerismo primero, un anuncio de obras para Río Negro después.

La tercera semana de noviembre puso de nuevo a la vista la receta de Juntos Somos Río Negro para salir indemne de su sinuosa marcha en el Congreso, donde los diputados y el senador Alberto Weretilneck se ponen cada vez menos colorados a la hora de avalar las jugadas del oficialismo nacional, incluso aquellas destinadas a provocar un conflicto entre los poderes del Estado.

El exgobernador fue decisivo el miércoles pasado, para reunir los 37 votos que abrieron paso a la designación de Martín Doñate en el Consejo de la Magistratura.

Un día después, Weretilneck y su colega de Luis Beltrán informaron que el Presupuesto 2023 se aprobó finalmente con el doble de los recursos previstos originalmente para obras en Río Negro, pasando de 6.500 millones a 11.908 millones.

Un clásico del manual oficialista rionegrino.

El procedimiento es idéntico al que se usó a fines de abril, cuando desde el partido provincial surgió el proyecto para modificar el número de integrantes de la Corte Suprema de Justicia.

En ese entonces también se debatía la iniciativa para gravar los bienes “fugados” y el mismo día que hubo reunión de comisiones, Weretileck y Doñate fueron recibidos por el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y por el ministro del Interior, “Wado” De Pedro, quienes liberaron sin mayor trámite una serie de ATN para los municipios rionegrinos, por 320 millones.

Un par de semanas antes, el 8 de abril, el ministro Gabriel Katopodis también había recibido al dúo senatorial, para “garantizar la continuidad de las obras públicas para Río Negro”.

La novedad hubiese sido que Nación los convocara para decirles que no volcaría más fondos.

De lo contrario, esa reunión no tenía sentido (o tuvo otro, no informado), sobre todo porque los mismos protagonistas -Katopodis, Weretilneck y Doñate- se habían reunido el 28 de diciembre del 2021, para “garantizar” exactamente las mismas obras (rutas 22, 23, 151, planes de saneamiento, etcétera).

Esa vez la búsqueda de certezas tenía algo más de asidero, porque el Congreso no había aprobado el Presupuesto Nacional y en las provincias surgió incertidumbre sobre los fondos para proyectos en marcha.

Hay más ejemplos: en diciembre del 2021 Nación confirmó la repavimentación de las rutas 6 y 8, horas antes del voto favorable de los diputados de JSRN al proyecto de reforma del impuesto a los Bienes Personales.


La pregunta que cabe es hasta cuándo cree Weretilneck que sus incorporaciones a la mayoría kirchnerista no afectarán su imagen como candidato a gobernador.


Ya está probado vía encuestas que los problemas de la gestión provincial no esmerilan su figura en la valoración de los rionegrinos.

Pero trasladado al escenario nacional, difícilmente un inmediato anuncio de obras alcance para tapar la principal contradicción: el relato ubica a JSRN fuera de la grieta pero en las votaciones calientes los parlamentarios de verde casi siempre aparecen al lado de los azules.

Cambia Río Negro dio pruebas rápidas para confirmar que la cercanía del senador con el universo cristinista será un eje de su campaña provincial. “Si empieza con W, termina con K”, ironizaron en las redes.

Lo que no debe perderse de vista es que conseguir más inversión -o al menos que se cumpla con la infraestructura presupuestada- no debería justificar ningún trueque parlamentario.

La defensa de los intereses provinciales forma parte de los deberes fundamentales de un senador y cualquier condicionamiento de las partidas al voto positivo en proyectos clave para el gobierno debería ser asumido y explicitado como una extorsión.

Claro que nada de eso ocurrirá, porque la jugada de Weretilneck es siempre a dos bandas.

Doñate tiene desde el miércoles una devolución de gentilezas pendiente con el presidente de JSRN.

Mantener la dispersión del peronismo, aprovechando la invitación a construir el “gran acuerdo rionegrino”, seguramente será un aporte útil para que el oficialismo vuele a las urnas sin turbulencias.


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