El “modelo” socioeconómico característico de la civilización moderna dista de ser viable. Está programado para autodestruirse dentro de cuatro o cinco generaciones. Hasta hace apenas un par de meses, preocuparse por el colapso de la tasa de natalidad que está afectando a casi todos los países desarrollados era considerado propio de ultraderechistas obsesionados por la “pureza” de su etnia particular y por lo tanto asustados por la llegada de inmigrantes de tez oscura, pero cuando el