La pasividad opositora habilita la disrupción constante
Sistema electoral, telecomunicaciones, moneda, jueces y la Constitución: todo se cambia de forma disruptiva, primero de hecho, luego de derecho.Todo ante una oposición espectadora.

La disrupción es el modelo de negocio. 1. Detrás de la pasividad hay una decisión política.
En una elección nacional con boleta papel y sin PASO, los espacios políticos -antes partidos- deberán hacer listas en las que intentarán combatir la cultura del espectáculo con influencers. Habrá tres cambios significativos: de cultura política, de mecanismo electoral y de número de votaciones. La votación nacional será única. El sistema político, casi sin debate, apostó a esos cambios. Tendrá ciertos resultados predecibles y otros sorprendentes.
Lo que no sorprende es el escándalo $LIBRA. Lo dijimos en la columna del 1 de febrero, la cultura de las celebridades viene sin cultura, pero con criptomonedas. Los memecoins de Trump y de Melania, su esposa, eran fuente de inspiración.
En el mundo cripto y de la nueva fe tecnológica lo que se vende es fantasía. Trump y otros crean exitosamente esa fantasía para una parte de sus sociedades.
“La sociedad se dará cuenta” piensan muchos. Justamente ante una realidad cada vez más dura que no para de empeorar se necesita más pensamiento mágico, no menos. La convertibilidad y el apoyo social a una posible dolarización son ejemplos.
Fantasía vs. realidad
Las consecuencias se pueden negar enceguecidos por la causa, enamorados de ella. Otra disrupción del modelo clásico: la fantasía es más poderosa que la realidad. La verdad tarda en vencer a la mentira. A veces llega demasiado tarde.
La destrucción del Estado, su falsa desregulación para hacer feudalismo de amigos, los problemas de infraestructura, todos los despidos son reales. El desarme de las capacidades del Estado será la disrupción más dolorosa para una sociedad -e incluso sus elites autolesivas- que lo necesita para enfrentar desafíos existenciales.
En los peores días del Gobierno, azarosamente, se concreta la fusión del 70 por ciento del mercado de telecomunicaciones de la Argentina. Aunque algunos defienden los monopolios nacionales, el Art. 42 de la Constitución sigue vigente y sin ser respetado. La concentración de poder tanto privado como público es peligrosa. Todo indica que en el futuro deberemos temerle a cómo el poder privado usa lo que quede del poder público, en lo qué lo transforme.
2. Las audiencias se reducen y la concentración mediática aumenta.
Los medios tradicionales y sus audiencias están en crisis desde hace casi dos décadas. La convergencia y disrupción del ecosistema de medios se hizo evidente justo en el momento de ascenso de varios autócratas. Éstos lo saben y lo usan a su favor.
La saturación de redes, pantallas, información y desinformación justamente refuerzan la necesidad de fantasías sociales para negar y escapar de la realidad.
Nichos informativos
En ese contexto, el escándalo cripto afecta menos de lo que parece en las esferas híper politizadas.
El dólar estable y la fantasía de dolarización atraen más que cualquier supuesta superioridad moral para minorías intensas.
La cuestión de la Corte es otra cuestión de nicho, de burbuja vanidosa, de minorías privilegiadas en guerra.
Sin embargo, sus efectos serán nefastos y materiales.
Treinta y seis horas después de “decretado” uno de los jueces ya estaba jurando en su cargo.
La Corte es lenta para lo que quiere.
La Constitución fue ignorada con complicidad opositora desde el primer día del Gobierno. Decretos, delegaciones legislativas permitidas con quórum opositor, pactos judiciales y silencios supremos.
En esa línea, las reformas constitucionales provinciales que veremos serán regresivas por falta de recursos o por falta de garantías constitucionales.
Trump, el FMI, la reserva federal y otros factores internacionales pueden aportar lo importante: los dólares. Con sus jueces supremos ya en la Corte se puede pensar en una dolarización primero de hecho.
Después ajustar todo con una reforma constitucional que es alentada por dos figuras que contrastan en el peronismo: Cristina y Pichetto.
La oposición está cómoda como espectadora mientras todo se lotea y transforma.
Parece no tener ni un proyecto de fantasía, ni una mentira vendible. Las disrupciones libertarias le deben todo a una parálisis opositora que tiene mucho de teatral, de cómoda observación participante.
* Abogado y profesor de Derecho Constitucional.

La disrupción es el modelo de negocio. 1. Detrás de la pasividad hay una decisión política.
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