La Uocra, la alianza y la pirotecnia

El municipio de Neuquén tuvo que salir esta semana a multar a los sindicatos de Petroleros Privados y de Uocra por el lamentable espectáculo de pirotecnia que desplegaron en la apertura de sesiones de Rolando Figueroa, el 1 de marzo.

El descontento social por las molestias ocasionadas un sábado a la mañana, y en un fin de semana largo, escaló cuando empezaron a conocerse los casos de animales extraviados a raíz de los estruendos. Se supo que una perrita murió atropellada porque deambulaba asustada por los ruidos.

La contravención fue por uso y manipulación de pirotecnia, que en la ciudad de Neuquén está prohibida desde el 2012.

Llama la atención que el gobierno provincial haya alentado o, por lo menos, permitido las manifestaciones a la vieja escuela afuera de la Legislatura cuando el frente de Figueroa ha hecho del “reseteo” de la política un valor. Si el análisis es que esa entelequia llamada “la gente” se cansó de los actos armados, los colectivos y las estructuras tradicionales, de la que los gremios forman parte igual que los partidos, ¿qué valor le encontró a ese despliegue?

Una respuesta posible es que un baño de masas no se le niega nadie, aunque también es cierto que los sindicatos manejan sus propias internas que, en ocasiones como estas, terminan poniéndose en juego.

Tanto Petroleros como Uocra vienen haciendo de aliados de Figueroa aunque, en el caso del gremio de la construcción, no se trata de un apoyo homogéneo sino de una facción, la que responde a Juan Carlos Levi.

El dirigente no ocupa el rol de secretario general, que todavía lo tiene Víctor Carcar, pero como adjunto ganó poder en los últimos años y hoy tiene una pata en el programa Emplea Neuquén a través de su pareja, la exdiputada Ángela Barahona y, ni más ni menos, que el control de los puestos de trabajo en los yacimientos de Vaca Muerta en la zona de Añelo.

Se quedó con ese sector tras un reparto institucional que apadrinó el ministerio de Trabajo de Lucas Castelli, el año pasado, y el propio Gerardo Martínez. De ese acuerdo resultó que Levi manejaría ese ejido, mientras que a Carcar le quedó la zona de la Confluencia y, a César Godoy, el control desde Cortaderas hasta Rincón de los Sauces.

Esa suerte de paz social nunca fue definitiva y mostró sus fisuras el mes pasado, con los incidentes violentos que se desataron en Sierra Barrosa. Los dirigentes se echaron culpas mutuamente respecto de quién instigó qué y hasta hubo cierto interés en el oficialismo de señalar que uno de los participantes en la disputa fue Godoy, quien ya se lanzó como precandidato a diputado nacional por el PJ.

El referente de Uocra es hijo de otro histórico de la construcción, “Rancho de Paja” Godoy, ya fue candidato a intendente en Rincón de los Sauces en 2023 y se quiere meter en el debate del peronismo como una cara de la renovación.

Habla bien de Ramón Rioseco, a quien reconoce como un “gran dirigente político”, pero no está claro si tendrá el aval de la cúpula, que hoy siguen encabezando Darío Martínez y Oscar Parrilli, para liderar una lista este año. Sin PASO, la posibilidad de lanzarse sin el consenso y el patrocinio oficial quedará bloqueada en cualquier espacio político.

Los crecientes conflictos en la Uocra empiezan a ser motivo de preocupación en las empresas petroleras y, en particular, las demostraciones de poder de Levi, que podrían ser más riesgosas que lanzar cuatro o diez bombas de estruendo.

El dirigente se sentó en el recinto de la Legislatura el 1 de marzo y, cuando terminó la sesión, le regaló al ministro Castelli, “una persona que siempre está”, un chaleco de Uocra. El funcionario se lo calzó entre los vítores de la muchedumbre.