Las fuerzas ucranianas han resultado ser llamativamente más ágiles, más capaces de adaptarse a las circunstancias que las rusas. Y el sistema, más democrático. Si bien es habitual suponer que la restauración de la democracia hace casi cuatro décadas se debió exclusivamente a factores internos, como el fracaso patente del régimen militar, el que en los años ochenta muchos otros países experimentaran cambios similares hace pensar que se trataba de la manifestación local de algo que sucedía