La posibilidad de dialogar devolvió la esperanza a quienes intentan ver los matices de un conflicto cuyos síntomas más agudos se atenuaron pero que, en ningún caso, ha desaparecido. Han pasado dos semanas desde que se llegó a un acuerdo para dar fin al paro nacional, tras 18 días de protestas violentas en todo Ecuador. Los resultados de las paralizaciones dejaron un país aún más fragmentado de lo que ya estaba y evidenciaron aquellos problemas silenciosos e invisibles que se agudizan