La mejor defensa contra los incendios es la detección temprana. Como los sistemas de vigilancia espacial de la Nasa o la ESA europea. Cada cierto año se producen incendios naturales de baja intensidad donde se queman restos de plantas y árboles muertos, abriendo paso para que los árboles jóvenes y sanos y la vegetación prosperen. Ese nuevo crecimiento a su vez soporta la vida silvestre de los bosques. Los incendios provocados intencionalmente para la agricultura y el desmonte son