Moscú mantiene la ilusión de ser una potencia global en un mundo multipolar y Washington se convence de que puede domesticar a todo aquel que desafía su hegemonía incontestable. Entre el coro de la propaganda oficial rusa que dirige Vladimir Putin, un balde de realismo frío mediante una voz veterana, la del coronel retirado Mijaíl Jodariónok, decide sorpresivamente romper la dinámica y manifiesta su preocupación: “La principal deficiencia de nuestra posición político-militar es que es