Los tiempos de Milei

Durante el gobierno de La Libertad Avanza, el tiempo de transición lo encabeza la rememoración, construye la identidad de un país.

La democracia está puesta en duda, por no decir amenazada. En el contexto internacional: la reciente experiencia en Bolivia, la de hace unos años en Perú, la intervención de potencias en decadencia y las diarias noticias sobre Venezuela. No desentona con nuestro país, el cual luego de cuarenta años de democracia debe preguntarse cuál es la democracia que ha construido como para que haya atentados a gobernantes electas, reivindicaciones de la última dictadura cívico-militar con apoyo eclesiástico y empresarial, y pretensiones de intervención a la educación pública.

¿Este escenario significa el fin de la democracia? Con seguridad en la participación ciudadana, las instituciones democráticas, los organismos de derechos humanos, y en lo aprendido de nuestro pasado, podemos decir que no. Pero el escenario actual nos interpela: Si en el gobierno de LLA vemos el tiempo de la represión ¿Hasta qué punto puede llegar?

Chama y Sorgentini presentan tres ciclos históricos, tres tiempos, el de represión, el de protesta y el de transición.

El de represión es la violación a los derechos humanos, la respuesta a la sociedad desafiante. El tiempo de protesta es la ampliación de derechos, el intento de cambio social. El tiempo de transición, es el fin de la represión y el pasaje a la democracia, la articulación del pasado traumático con la apertura democrática. Estos tiempos han sido recorridos desde el 76 hasta la actualidad y han creado relatos diversos.
El tiempo de protesta y el de represión tiene la intención de recrear tradiciones políticas. Atendiendo sus características, no es equiparable la búsqueda por la identidad con delitos de lesa humanidad. El tiempo de transición es el tiempo de la construcción de identidad, solo pensar en la creación de la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), busca reparar la relación con la política del pasado por medio de la justicia.

Los tres creadores de una realidad histórica habitan la actualidad. Una multitemporalidad vive el hoy ¿Cómo están presentes en el gobierno de LLA? El tiempo de represión vive cuando Villarruel lleva a acabo una operatoria general para desproporcionar los relatos históricos y caer en la valoración del “no tan mal”, lo cual habilita no hablar del tema. Se hace presente cuando el gobierno pretende intervenir la Universidad Nacional de Madres de Plaza de Mayo. Es evidente cuando diputados de LLA visitan a condenados por delitos de lesahumanidad, cuando el gobierno cierra por decreto la UEI; o en el caso de la violación de una militante de la agrupación HIJOS. También está en la sanción de leyes que afectan a la tierra, mujeres, disidencias, trabajadores y estudiantes. Vemos el tiempo de represión cuando se detiene sin motivo a manifestantes contra el gobierno nacional, cuando se detiene a activistas del ecologismo; o se permite un triple lesbicidio. Está presente cuando las medidas neoliberales responden al mismo modelo económico que dejó, con liberación, desregulación y endeudamiento, pobreza y hambre en el país luego de la última dictadura. Acompañado por parte del consenso social.

El tiempo de protesta está en manifestaciones, paros, clases públicas, pedidos por vías formales y solicitudes a organismos internacionales. Es tiempo de autocrítica intergeneracional y colectivismo, de la queja y la búsqueda de justicia ante el avasallamiento. El tiempo de transición es el de las políticas de memoria y la pedagogía de la memoria. Articulador, utiliza la memoria sobre su pasado para formar una democracia realmente sustantiva.

Durante el gobierno de LLA encabezado por Milei, el tiempo de transición lo encabeza la rememoración, construye la identidad de un país. La memoria de la política genera identidad desde la relación de dos tiempos.

La memoria es donde se instalan las demandas políticas actuales. No exentas de debates acerca de las violencias, por ejemplo: el caso Rafael Nahuel asesinado en el 2017 por integrantes de prefectura con un tiro por la espalda en territorio ancestral, o Julio López, desaparecido desde el 18 de septiembre del 2006 luego de declarar contra Miguel Etchecolatz. Cómo se denuncian las desapariciones en democracia sin desdibujar las particularidades del terrorismo de estado frente a otro tipo de violencias.
Es posible mientras se ligue las violaciones a los derechos humanos de ayer y de hoy. Buscando una memoria ejemplar que condene los tiempos de la represión como parte de la protesta que construye democracia.

La memoria de la política se lleva a cabo mientras los tiempos construyen sentido político a través del pasado. El sentido político del tiempo de la transición debe velar por una identidad que construya proyectos democráticos. Debe lograr una interpelación histórico-comprensiva del presente desde la rememoración.

La memoria construida desde la democracia debe habitar la identidad desde el principio de acción. Todorov la llama una memoria ejemplar. Encuentra similitudes, paralelismos entre el conocimiento del pasado y los problemas del presente, utiliza su conocimiento para la resolución de lo que aqueja. Memoria modelo para la comprensión. Operación doble de duelo y analogía, construye un ejemplo y extrae una lección. Una rememoración desde la transición busca relatos en lo local, lo cotidiano, lo cercano y nos lleva a encontrar resolución a un presente que muestra institucionalizados los elementos de un tiempo de la represión.

* Ainhoa Alarcón Escalante es estudiante de Historia, en la Universidad Nacional del Comahue.


La democracia está puesta en duda, por no decir amenazada. En el contexto internacional: la reciente experiencia en Bolivia, la de hace unos años en Perú, la intervención de potencias en decadencia y las diarias noticias sobre Venezuela. No desentona con nuestro país, el cual luego de cuarenta años de democracia debe preguntarse cuál es la democracia que ha construido como para que haya atentados a gobernantes electas, reivindicaciones de la última dictadura cívico-militar con apoyo eclesiástico y empresarial, y pretensiones de intervención a la educación pública.

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