Lo que está ocurriendo en la Argentina motiva mucho interés en los centros financieros del resto del mundo. En Nueva York, Londres, Frankfurt, Tokio y Pekín, personajes que manejan montos colosales de dinero están preguntándose si, por fin, el país está por aceptar la derrota de su prolongada rebelión contra la lógica capitalista para comenzar a sacar provecho de sus muchas ventajas materiales y culturales. A pesar de todo lo sucedido a partir de los años treinta del siglo pasado, la idea de que