Sólo desde la educación se puede y se debe trabajar para aspirar a un país más justo, con real igualdad de trato y de oportunidades. Mientras ellos piensan en 2023, la gente no llega a fin de mes. A esta altura, el valor y la fuerza de la palabra presidencial es irrelevante en sus actos cotidianos, porque nos alejaron en demasía tanto de las promesas constitucionales para una realidad distinta propia del señorío de la gente, cuanto del merecido respeto internacional. Nada discur