Debilitar el sentido de pertenencia a algo más que el entorno propio inmediato contribuye a desplomar la natalidad y a menos que se revierta pronto, nos condena a una muerte prematura. La caída precipitada de la tasa de natalidad no sólo en sociedades consideradas avanzadas sino también en muchas otras es - mejor dicho, debería ser -, el gran tema de nuestro tiempo. Aunque no es necesario ser un matemático para entender que lo que le espera a una especie que se niega a reproducirse a