Las Islas nos recuerdan las heridas abiertas de una guerra que reclama, desde hace 40 años, continuar reflexionando acerca de las consecuencias de la última dictadura militar y, al mismo tiempo, del problema de las prácticas coloniales en pleno Siglo XXI. Esa dictadura, responsable de la noche más oscura de nuestra historia, intentó legitimarse a través de una aventura militar en la que el gobierno dictatorial demostró no solo su ineficacia para producir el resultado buscado, sino la continuidad