Vivimos analizando qué nos pasa, tratamos de descubrir cómo los efectos negativos golpean nuestras vidas y a la sociedad en su conjunto, pero pocas veces nos detenemos a pensar en las causas reales que han provocado esa situación, y a veces, aun conociéndolas, no reaccionamos ante ellas. En mi vida profesional llegué a obras ya empezadas en donde los plazos, presupuestos y ejecuciones se encontraban desequilibradas, poniendo en riesgo el resultado final; frente a ello se trata de tener una