Participación infantil, una necesidad imperiosa

La participación infantil es un concepto de carácter dimensional que integra múltiples aspectos, como la formación del valor democrático, experiencia educativa, que impulsa el desarrollo, responsabilidad ciudadana, ejercicio político, emociones, pasiones. Una participación que no solo es responsabilidad de las escuelas, de los gobiernos provinciales y municipales, sino que también les confiere responsabilidad a las familias y a la sociedad en su conjunto, desde un principio democrático. Un verdadero reto que tenemos y que no debe quedar solo en meros discursos políticos y sociales.
Debemos trabajar para que sea un hecho real, dándole a la infancia los instrumentos necesarios de participación para que puedan alcanzar el ejercicio autónomo de la ciudadanía.
La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), de 1989, es el primer documento en el que queda reconocido el derecho a la participación de los niños y niñas en todo aquello que los afecte.
Estos derechos se canalizan a través de la posibilidad de expresar su opinión, y que sea tenida en cuenta, que sean capacitados para poder reivindicar el cumplimiento de los artículos de la Convención y la asunción de responsabilidades que supone el ejercicio de los derechos.
Uno de los agentes que más compromisos debe tener con la participación infantil son los municipios; los más cercanos a la ciudadanía.
Una ciudad que ha crecido en contra de las necesidades de sus habitantes y, en especial, de los más vulnerables debe revisar sus estructuras y sus articulaciones, para poder abarcar a todos y todas.
Apelando a la promoción y a la acción, comprometiéndolos, siendo protagonistas, vamos transformándolos en ciudadanos y se permite que no se silencie el derecho a la participación, que termina camuflándolos.
Promover su participación en nuestra provincia y municipios es una necesidad imperiosa que puede ser canalizada a través de los órganos consultivos de adolescentes.
Al sentirse escuchados y que sus opiniones cuentan, se sentirán parte del proyecto de su ciudad y provincia, todo esto acompañado por un componente emocional lógico del sentirse parte activa de ese proyecto. Esto aumenta la confianza y su autoestima.
Todo esto, sin lugar a dudas, contribuye a la construcción de su identidad que se construye para su autonomía, formando ciudadanos libres en una educación democrática y participativa.
* Defensor del Pueblo Adjunto de Río Negro
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