Navia: “La clase media se cansó de hacer la fila y quiere entrar a la fiesta”

Para el politólogo Patricio Navia, en Chile las protestas son por un reclamo fundamentalmente de clases medias que exigen "una porción mayor de la torta". Cree que "los recursos para aumentar el gasto social y bajar la tensión social están. Hay billetera fiscal" pero advierte que Piñera "debe decidir si aprovecha la ventana que se abre o vuelve a chocar contra la pared"

Para Patricio Navia, politólogo y profesor adjunto en el Centro de Estudios Latinoamericanos y Caribeños de la Universidad de Nueva York, la protesta en Chile está liderada por la clase media, que “siente que al gobierno le importan más los ricos, y que los programas sociales ayudan a los pobres” pero ellos deben arreglárselas solos. “Se rebelan para ser escuchados”, dice.

Patricio Navia es cientista político y sociólogo chileno, columnista de diarios y revistas e invitado en varios programas de radio y televisión. Es profesor titular de Ciencia Política en la Facultad de Ciencias Sociales e Historia de la Universidad Diego Portales y de la Universidad de Nueva York. Esta es una síntesis del diálogo con Debates.

P- ¿Por qué se produce la crisis actual en Chile?

R- La crisis chilena es diferente a la de otros países en Latinoamérica, donde el gobierno ha tenido que reducir el gasto público y la gente sale a protestar por el aumento en el costo de vida, la inflación o la baja de subsidios. En Chile la calidad de vida ha mejorado, la pobreza ha bajado; incluso la desigualdad, el gran problema de la sociedad, disminuye lentamente. El descontento no es porque se perdieron cosas, sino más bien de ansiedad porque se esperan más y no se logran obtener. El país es más rico, pero no se distribuye bien la torta.

P- Usted señala que una de las razones del descontento es la resistencia de las elites a compartir espacios y decisiones con la clase media emergente, y recordé el audio de la esposa de Piñera: “Deberemos renunciar a algunos privilegios”.

El descontento no es porque se perdieron cosas, sino más bien de ansiedad porque se esperan más y no se logran obtener. El país es más rico, pero no se distribuye bien la torta.

Patricio Navial, politólogo chileno

R- Eso es interesante, porque en su último discurso durante el golpe Allende señala que la elite chilena “no quiere renunciar a sus granjerías ni privilegios”. Ahora la esposa del presidente admite que deben renunciar al menos a algunos. La elite está asustada ahora, pero lo que me preocupa es que en este esfuerzo por repartir mejor la torta a alguno se le termine por caer todo el pastel y no vaya a quedar para nadie. Chile ha crecido, pero no está garantizado que vaya a seguir desarrollándose. Hay que distribuir mejor, pero si seguimos por la vía de los saqueos y la inestabilidad nadie va a confiar en Chile y no van a llegar las inversiones.

P- ¿Cuáles son los principales reclamos de esta clase media emergente chilena?

R- Fundamentalmente que el costo de vida crece más rápidamente que sus ingresos y que sus expectativas de ascenso social no son satisfechas. Esta clase media emergente tiene por un lado ansiedad de mejorar su calidad de vida y por otro lado temor a que las puertas de la “Tierra prometida” se cierren y ya no puedan entrar. Porque en los últimos 7-8 años la economía ha crecido, pero menos que en décadas anteriores. La gente se pone ansiosa y dice “Queremos entrar”. Como cuando estás por entrar a una fiesta, pero la fila no avanza, se pasa la hora y hay temor a que la fiesta se acabe. La clase media está sintiendo eso en Chile.

P- ¿Hay voluntad de la elite chilena de dejar privilegios?

R- Y, están un poco forzados ahora. Pero no es solo el empresariado. También hay funcionarios públicos, legisladores, que ganan mucho más que sus similares del sector privado. Las FF. AA. tienen un régimen jubilatorio distinto al del resto de la población y le sale bastante caro al fisco. No es solo la elite empresaria, ellos también deben compartir.

P- Por el lado de la clase media que hace poco ha salido de la pobreza, ¿el endeudamiento es problema?

R- Sí, pero el problema no es tanto el endeudamiento, que existe en todas las sociedades modernas, sino tener tasas de interés muy altas cuando no hay inflación y la tendencia mundial es a tasas de interés bajas. Si te endeudas a tasas razonables e inviertes en negocios o educación para mejorar tus ingresos futuros, hay expectativas de avanzar. Pero si la economía se estanca y las tasas son altas tienes una deuda que no puedes pagar.

P- ¿Cómo analiza las respuestas del presidente Piñera a la crisis?

R- Primero, creo que el gobierno no entiende la diferencia entre orden social y paz social. Habla de orden y, sin dudas, es importante que no haya saqueos y se restablezca el respeto a los organismos del Estado, que tiene el monopolio de la fuerza. La gente necesita seguridad para salir a trabajar o caminar en la calle. Pero la paz social es otra cosa. El presidente en los primeros días se concentró solo en el orden y con problemas, porque los militares salieron a la calle sin instrucciones claras. Es riesgoso: o usan sus armas de guerra y muere gente o no las usan y la gente se siente aún más insegura, porque están los militares y siguen sin las garantías de seguridad. En los últimos días, Piñera tuvo un discurso más conciliador; vamos a ver si funciona. También parte de la oposición ha adoptado una postura antidemocrática, dice “Que se vaya Piñera” y el presidente fue democráticamente electo y debe terminar su mandato.

La gente necesita seguridad para salir a trabajar o caminar en la calle. Pero la paz social es otra cosa.

Patricio Navia, politólogo chileno

P- ¿Hay un divorcio entre la clase política y los reclamos?

R- Hay muchos grupos distintos reclamando cosas distintas y algunas peticiones claramente imposibles de satisfacer: la pensión mínima es de 120 dólares hoy y hay que subirla, pero algunos piden llevarla a 400 dólares y eso es imposible: Chile ha mejorado, pero no es Suecia. Hay espacio para redistribuir y mejorar la situación de quienes menos tienen, se debe hacer, pero hay demandas desmedidas.

P- ¿Cuáles son los mecanismos más viables que tiene hoy Chile para redistribuir ingresos?

R- El país tiene un Fondo Soberano que puede usar para mejorar las pensiones, pero si lo usa mucho puede quedarse sin fondos ante una crisis global. Puede subir impuestos a los más ricos, pero tampoco demasiado para no espantar inversiones. Hay que tomar medidas para gradualmente distribuir mejor, pero también asegurar un crecimiento futuro.

P: ¿Hay un desencanto con la democracia y las instituciones, como ocurre en la región?

R: Si, pero el tema es que no hay alternativas. La gente tiene mejores niveles de educación , más conocimiento e información de cómo funciona realmente. Es como cuando vas a la cocina de un restaurante y ves cómo hacen los platos, o a la fábrica de salchichas y ves cómo las fabrican. A lo mejor era mejor no haber sabido, pero ahora sabes e igual tienes que comer. La gente confía menos pero las alternativas a las instituciones democráticas cuáles son: el dictador, el populista… eso tampoco es muy atractivo en Chile. De hecho, ante las protestas violentas también gana adeptos la derecha que propone orden a cualquier precio, al estilo Bolsonaro. La contrarreacción debe preocupar

P: Como analiza la violencia?

R: Chile ha hecho avances sustantivos en Derechos Humanos, pero en este avance la policía y los militares saben que si golpean demasiado a alguien o peor aún si hay un muerto serán procesados y condenados. Entonces ante una turba de 30- 40 personas que viene a saquear o incendiar los custodios dejan hacer. Hay videos de policías diciendo a los saqueadores: llévense cosas pero no quemen. Es un dilema común a los países democráticos…

P: ¿Hay fallas de inteligencia? , porque los que protestas son multitudes y quienes queman o saquean muy pocos, grupos reducidos…

R Claramente. El gobierno no parece tener ninguna inteligencia policial. Acá en Nueva York donde estoy enseñando hay un gigantesco aparato de seguridad que busca detectar grupos violentos y neutralizarlos, hace inteligencia en redes, vigilancia, monitorea. El viernes, los estudiantes habían instalado esta protesta de no pago saltando los molinetes, el gobierno cerró el Metro a las 16 se cerraron las estaciones y Piñera se fue a festejar el cumpleaños de su nieto, para volver dos horas después a declarar el Estado de Emergencia, eso revela problemas de inteligencia serios.

P- ¿Ve alguna salida a la crisis?

R- Las condiciones están. Tal vez el gobierno se maneje mal y la situación se polarice, pero a diferencia de Ecuador o Venezuela acá no hay una crisis económica de fondo. Los recursos para aumentar el gasto social y bajar la tensión social están. Hay billetera fiscal e incluso se puede llegar a endeudar moderadamente. Se abrió una ventana o una puerta de salida, el tema es si el gobierno la aprovecha o vuelve a chocar contra la pared.


Para Patricio Navia, politólogo y profesor adjunto en el Centro de Estudios Latinoamericanos y Caribeños de la Universidad de Nueva York, la protesta en Chile está liderada por la clase media, que “siente que al gobierno le importan más los ricos, y que los programas sociales ayudan a los pobres” pero ellos deben arreglárselas solos. “Se rebelan para ser escuchados”, dice.

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