El nuevo rostro de las estafas virtuales en Río Negro y Neuquén: entre fraudes y la falta de prevención
Desde engaños en redes sociales hasta la venta de datos biométricos, víctimas en Río Negro y Neuquén pierden sus ahorros y enfrentan deudas millonarias. ¿Qué hacer para protegernos de estos fraudes virtuales?
Río Negro y Neuquén son escenario de estafas digitales que aprovechan la confianza de las víctimas. Desde fraudes en Marketplace hasta la compra de datos biométricos, los engaños se multiplican. Expertos advirtieron sobre la necesidad de reforzar las medidas de seguridad y concientizar a la población.
El avance tecnológico trae consigo grandes beneficios, pero también riesgos cada vez mayores. En la región, las ciberestafas ya pusieron en jaque a cientos de usuarios que, engañados a través de redes sociales o plataformas digitales, pierden sus ahorros e incluso contraen deudas millonarias en préstamos.
La semana pasada, un caso en Ingeniero Huergo involucró a una mujer que, al intentar vender un televisor en Marketplace, terminó con una deuda de seis millones de pesos tras ser manipulada por un estafador. Episodios como este se replican constantemente en la zona, evidenciando la falta de protección efectiva para los usuarios.
Los datos biométricos y el peligro del mercado negro
En Zapala, otro escándalo sacó a la luz una práctica alarmante de este 2025: la compra de datos biométricos por $20.000.
Estos datos, que incluían características únicas como el iris o la huella digital, son considerados información sensible y están protegidos por la Ley 25.326. Sin embargo, hay lagunas legales y falta de controles estrictos que permiten que estos hechos proliferen.

Daniel Domene, director provincial de Tecnologías aplicadas a la Ciberseguridad en Neuquén, advirtió que el tráfico de datos en el mercado negro no solo pone en peligro la identidad de las personas, sino que también abre la puerta a delitos graves como suplantación de identidad y fraudes financieros.
Los datos biométricos, esencia de nuestra identidad digital, están siendo comercializados, exponiendo a las víctimas a delitos que podrían cambiar sus vidas para siempre.
“Una vez que se filtran, no hay vuelta atrás. Estás dejando tu esencia digital al alcance de cualquiera”, destacó Vanesa Ruiz, directora del Instituto de Derecho e Inteligencia Artificial del Colegio de Abogados de Neuquén.
Estafas virtuales y el rol de los bancos bajo lupa
Las entidades bancarias también están en la mira. En Bariloche, un fallo judicial reciente condenó a un banco a indemnizar a una clienta cuya cuenta fue vaciada tras un engaño en Facebook. Según el juez Cristian Tau Anzoátegui, la institución no cumplió con las normativas vigentes en materia de seguridad bancaria y no implementó medidas suficientes para prevenir movimientos irregulares.
El magistrado señaló que las operaciones fraudulentas podrían haberse evitado con alertas más rigurosas, como demoras en la transferencia, confirmaciones adicionales o verificaciones de autenticidad.
Además, destacó que la certificación de seguridad utilizada por el banco, la ISO 27001 de 2013, resultaba obsoleta frente al aumento de estafas tras la pandemia.
La falta de un sistema robusto de protección no sólo permitió el fraude, sino que también expuso a la víctima a daños morales y financieros.
De esta manera, se sentó un precedente importante, ya que se responsabilizó a una entidad bancaria por no proteger adecuadamente a sus clientes.
Estafas virtuales y el modus operandi: el renovado «Cuento del Tío»
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, también lo hacen los métodos de los estafadores digitales. Antonella Carabelli, abogada especialista en Cibercrimen y Evidencia Digital y Maestranda en Derecho Penal y Derecho Procesal Penal, consideró que las estafas virtuales han evolucionado significativamente en los últimos años.
Desde el “phishing” hasta los hackeos de cuentas bancarias y de aplicaciones como WhatsApp o Mercado Pago, los delincuentes aprovechan el descuido o desconocimiento de sus víctimas.
“Muchas veces, los estafadores envían mensajes que parecen legítimos, como correos electrónicos de bancos o empresas reconocidas. Al hacer clic en un enlace o proporcionar datos, las víctimas les dan acceso a información sensible”, explicó la abogada. También mencionó los casos en que, mediante llamadas falsas del “Ministerio de Salud”, los estafadores obtienen códigos de acceso a cuentas personales.
En la última década, las estafas evolucionaron de simples engaños telefónicos a complejas redes virtuales. Según el fiscal federal de Roca, Matías Zanona, apenas el 15% de los casos logra identificar a los responsables, y recuperar el dinero robado es una tarea casi imposible.
“El modus operandi combina tecnología y psicología. Los delincuentes detectan la necesidad de sus víctimas y la explotan, presentándose como soluciones confiables. Desde ofertas laborales falsas hasta atractivos negocios, el objetivo es siempre el mismo: quedarse con el dinero de la víctima”, explicó Zanona.
“Con una foto del DNI, los estafadores abren cuentas bancarias y billeteras virtuales. No es robo de identidad, técnicamente, pero usan tus datos para crear perfiles falsos y mover dinero”, detalló.
Afirmó que, las redes sociales y las aplicaciones de mensajería, son los escenarios principales de estas estafas. Las víctimas son convencidas de hacer transferencias bajo la promesa de un crédito, una inversión, de un “buen negocio” o compras de productos que nunca llegan.
“Desde la pandemia, se dio un salto cualitativo en la cantidad de fraudes virtuales. Antes, muchos preferían comprar en negocios locales, pero ahora, con el auge de plataformas como Marketplace o MercadoLibre, los delincuentes han encontrado nuevas oportunidades para engañar a la gente”, explicó Nicolás Yanisky, oficial de la policía de Río Negro.
Otro método recurrente en esta altura del año es la creación perfiles falsos en redes sociales o publicar anuncios de productos inexistentes, como termos o propiedades en alquiler en zonas turísticas. “Eligen productos muy demandados, como alquileres en Bariloche o Las Grutas, para atraer a más víctimas”, añadió.
¿Qué hacer ante una estafa?
A pesar de las advertencias, muchas personas caen en las trampas de los estafadores por desconocimiento o ausencia de medidas preventivas en los sistemas digitales. Especialistas destacaron que las acusaciones son esenciales para avanzar en la investigación y detener estos delitos, aunque el sistema judicial puede resultar intimidante para algunas víctimas.
En caso de ser víctima de una estafa virtual en Río Negro o Neuquén, lo primero que se debe hacer es presentar una denuncia. Esta puede realizarse en la comisaría más cercana o en las fiscalías de ambas provincias.
Es fundamental recopilar toda la documentación que respalde el fraude sufrido: comprobantes de pago, fotos, facturas y testimonios. Es crucial no borrar nada. Cada detalle puede ayudar en la investigación, especialmente en el seguimiento del dinero.
Con todos los aportes brindados en la denuncia, la Fiscalía interviniente iniciará una investigación y el caso será presentado ante un juez competente.
La mejor cura de las estafas virtuales van de la mano de la prevención y educación digital
Expertos en ciberseguridad y especialistas jurídicos coincidieron en que la mejor herramienta para combatir estas estafas es la prevención. Evitar compartir información personal y bancaria con desconocidos, desconfiar de ofertas demasiado buenas para ser verdad y verificar siempre la autenticidad de los mensajes recibidos son los pasos básicos.
Domene enfatizó que los datos personales son “el oro del siglo XXI”. La falta de regulación estricta y la creciente sofisticación de los estafadores exigen una respuesta urgente, tanto de las autoridades como de las empresas.
Por su parte, Carabelli subrayó la falta de especialistas en cibercrimen en Río Negro y Neuquén. “Aunque Neuquén avanzó con un equipo policial dedicado a la informática, en Río Negro todavía hay una gran brecha de conocimiento”, dijo.
Es necesario tener mayor capacitación dentro de los organismos judiciales sobre cibercrimen y evidencia digital
Antonella Carabelli, abogada especialista en Ciberdelitos y Evidencia Digital
Sin embargo, desde la policía rionegrina plantearon que hay esfuerzos conjuntos para reducir su impacto. “Siempre hay margen para mejorar, pero con educación y prevención podemos evitar que más personas caigan en estas trampas”, dijo Yanisky.
La mejor herramienta para combatir el cibercrimen, según Ruiz, es la información. Conocer los riesgos y tomar precauciones puede marcar la diferencia entre caer en una estafa o frustrar los intentos de defraudación.
El fiscal Zanona aportó que, la solución no radica en crear leyes para cada tipo de estafa, sino en mejorar la comunicación preventiva. “El Estado debería informar con campañas claras para que las personas reconozcan los riesgos. Si los jubilados supieran que no deben compartir sus datos bancarios, muchos casos se evitarían”, enfatizó.
Entre los casos reportados en la Fiscalía federal de Roca -que luego son derivados a competencia provincial- están los llamados telefónicos de secuestros virtuales y las suplantaciones de empleados de organismos estatales. Las víctimas, bajo presión, transfieren dinero a cuentas fantasma que desaparecen en minutos.
“Los estafadores mueven el dinero a través de varias cuentas hasta hacerlo irrecuperable. A veces lo convierten en efectivo o lo transfieren a criptomonedas, eliminando cualquier rastro”, describió Zanona.
Las fuerzas de seguridad también tienen un rol clave, aunque la capacidad de respuesta es limitada frente a la rapidez con la que operan los estafadores de la era digital. Mientras las autoridades trabajan para desarticular estas redes de fraude, la población debe mantenerse alerta.
Las personas mayores suelen ser las principales víctimas. “A menudo, no tienen suficiente conocimiento sobre las tecnologías y caen en la presión emocional que generan los delincuentes. Les piden dinero de manera urgente y no les dan tiempo para reflexionar”, dijo el oficial Yanisky.
Este tipo de delitos son parte un problema global, pero los casos recientes en Río Negro y Neuquén, son un recordatorio de que nadie está completamente a salvo de estas prácticas.
Las soluciones requieren un esfuerzo conjunto: mayores controles legales, sistemas bancarios más seguros y rigurosos, acompañados de una ciudadanía con educación digital para detectar y evitar los engaños antes de que sea demasiado tarde. Desde talleres escolares hasta programas para adultos mayores, ref0rzar la educación digital debería convertirse en una prioridad.
Río Negro y Neuquén son escenario de estafas digitales que aprovechan la confianza de las víctimas. Desde fraudes en Marketplace hasta la compra de datos biométricos, los engaños se multiplican. Expertos advirtieron sobre la necesidad de reforzar las medidas de seguridad y concientizar a la población.
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