Una jueza cuestionó la «beneficiosa» acusación contra un pastor de Catriel por abuso sexual
La fiscalía pidió la imputación en grado de tentativa. La magistrada dejó claro que el intento se concretó.
El pastor Juan Carlos Huircao de Catriel fue acusado por un delito que tuvo como víctima a una mujer que concurría a su iglesia. El religioso intentó besarla en la boca pero ella movió la cabeza y el beso se lo dio en la frente. La jueza Sonia Martín cuestionó la calificación que quedó como tentativa de abuso y sostuvo que la damnificada no tenía motivos para soportar esa situación, más allá del lugar donde terminaron los labios del líder evangélico.
La mujer víctima se encontraba en estado de vulnerabilidad y asistía al culto porque eso la hacía sentir mejor. Como tenía problemas económicos, el pastor le prestó dinero y luego intentó cobrarse con el beso en la boca. A otra integrante de la comunidad religiosa pretendió cambiarle alimentos por sexo. Esa persona lo denunció en el Juzgado de Paz y la jueza Georgina Garro enmarcó la situación en un caso de violencia institucional ejercida en un lugar de acceso público. Dictó medidas para proteger a la víctima y le ordenó al acusado acreditar una capacitación en materia de género.
Esta causa prosperó en el fuero penal por el delito de tentativa de abuso sexual, según la acusación del fiscal Matias Stiep. Para el funcionario, como el beso no fue en la boca y sí en la frente es un hecho tentado.
El propio defensor del pastor evangélico de Catriel cuestionó la acusación formal de la fiscalía de Cipolletti. Tanto el abogado Angelo Zamataro, como la jueza de Garantías Sonia Martín pusieron en duda el encuadre legal, claro está desde perspectivas distintas.
El defensor intentó desacreditar la acusación argumentando que en el hecho no hubo un intento de abuso, sino que se concretó un beso pero que por «ningún motivo» podría tratarse de un delito penal.
La magistrada, quien dio por formulados los cargos, expresó su desacuerdo con la parte acusadora. Dijo que no podía agravar la acusación, pero que el pastor avanzó sobre el cuerpo de la señora y recibió un beso que ella no estaba consistiendo. Por ello para la jueza se trata de un delito consumado. La diferencia en la calificación legal es que, según el encuadre del fiscal, al pastor le correspondería la mitad de la pena.
El religioso protagonizó una serie de hechos de acoso y abuso sexual en Catriel, el año pasado. Otra mujer lo acusó por pedirle favores sexuales a cambio de dinero. Esa causa se resolvió en la justicia de Paz y no llegó al fuero penal porque el Código Penal no establece el acoso como un delito.
En ambos casos el procedimiento fue similar. El pastor, líder religioso, se acercó a estas mujeres a quienes les ofreció ayuda; tanto espiritual como económica. En principio sin pedirles nada a cambio. Pero eso fue el puntapié para iniciar un contacto más constante con las mujeres.
En este caso particular, la víctima había comenzado a ir al templo por recomendación de una amiga. Estaba atravesando una situación económicamente muy delicada y, según explicó la fiscalía, encontró en ese lugar un sostén.
El hecho ocurrió el 30 de abril del año pasado. El fiscal Matías Stiep contó que luego de una ceremonia, el pastor la hizo pasar a una habitación para entregarle un dinero que había acordado en forma de préstamo y que sería restituido de acuerdo a las posibilidades de la mujer.
En esa oficina, según la acusación, Huircao abrazó a la víctima y luego de soltarla intentó darle un beso en la boca sin el consentimiento de la mujer. La mujer agachó la cabeza y el beso se lo dio en la frente. El fiscal afirmó que el imputado no pudo cometer el hecho por razones ajenas a su voluntad.
En ese sentido, lo calificó como abuso sexual simple en grado de tentativa agravado por la condición de ministro de culto.
La mujer fue dos veces más a la iglesia, pero luego dejó de asistir. Se enteró luego de la existencia de otra fiel que había atravesado una situación similar y por eso se animó a radicar la denuncia. El fiscal también pidió una prohibición de acercamiento que fue otorgada por la jueza.
Por su parte, Zamataro dijo que jamás podría encuadrarse dentro de un delito. «Tampoco es en grado de tentativa, no es así porque el beso en la frente se consumó. Le intenta dar un beso que se lo da en la frente, no hay violencia, no hay manipulación, no hay medio comisivo que el 119 (artículo)exige», contó y se opuso a la formulación de cargos, aunque no tuvo apoyo de la jueza.
La semana que viene, tras el cierre de la feria judicial, habrá una audiencia para revisar la decisión de Martín.
El pastor Juan Carlos Huircao de Catriel fue acusado por un delito que tuvo como víctima a una mujer que concurría a su iglesia. El religioso intentó besarla en la boca pero ella movió la cabeza y el beso se lo dio en la frente. La jueza Sonia Martín cuestionó la calificación que quedó como tentativa de abuso y sostuvo que la damnificada no tenía motivos para soportar esa situación, más allá del lugar donde terminaron los labios del líder evangélico.
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