Estafa con planes sociales en Neuquén: la caja azul y la ruta del dinero
A través de los arrepentidos se conoció qué pasaba con el dinero luego de las "extracciones ráfaga". La vinculación con los gastos de la política partidaria.
La banda acusada de cometer la estafa con planes sociales en Neuquén tenía roles diferenciados: los reclutadores buscaban personas que cumplieran los requisitos para recibir un subsidio, y los extractores iban a los cajeros automáticos con las tarjetas de débito de esos beneficiarios a retirar el dinero. En cada cuenta se depositaban 49.000 pesos, el subsidiado recibía en mano 8.000 o 9.000. ¿Qué pasaba con el resto de los billetes?
A través de la declaración de cuatro arrepentidos, tres mujeres y un varón, que están imputados como «extractores», los fiscales Pablo Vignaroli y Juan Manuel Narváez pudieron reconstruir ese segundo tramo de la acción.
Según quedó registrado en las cámaras de vigilancia de los cajeros, los imputados eran llevados en vehículos a las distintas sucursales y realizaban «extracciones ráfagas»: con varias tarjetas en su poder, y los respectivos PIN, vaciaban cada cuenta en minutos.
El universo de damnificados tiene un piso de 200, y un techo que no fue calculado con precisión.
Después de los retiros, todos confluían en la dirección de Planes Sociales. Según la acusación, supervisados por Néstor Pablo Sánz -que a veces también era extractor- tenían que dejar los billetes en una caja azul.
Esa caja era llevada al despacho de Ricardo Soiza, exdirector de Planes Sociales, sindicado como jefe de la asociación ilícita.
Desfile de «referentes»
Las arrepentidas declararon que después «empezaban a desfilar referentes. Entraban y salían con sobres. A veces, el propio Soiza se llevaba la caja».
Vignaroli y Narváez dijeron a diario RÍO NEGRO que el señalamiento fue sin ambigüedades: «se refirieron a referentes, punteros políticos, gente del Movimiento Popular Neuquino. (Las arrepentidas) no veían qué había en los sobres, pero se infiere que era el dinero que habían extraído y luego depositado en la caja azul».
Las y los «referentes» eran casi siempre los mismos. Algunas están identificadas. Los fiscales dijeron que las arrepentidas fueron consultadas por nombres puntuales de dirigentes políticos de alta exposición pública del oficialismo, y que no los vieron en Planes Sociales.
Dinero para actividades políticas
Vignaroli y Narváez señalaron que no tienen dudas de que el dinero fue utilizado para financiar actividades políticas, pero dijeron que aún no tienen manera de demostrarlo. «Es plata en negro, obviamente no hay recibos».
El caso de Marcos Osuna es singular. En su cuenta bancaria encontraron saldos importantes (entre 20 y 30 millones de pesos), y muchas transferencias de una casa de juegos de azar. «Estamos revisando movimiento por movimiento. La simulación de que se ganó en el casino es una antigua manera de blanquear dinero», señaló Vignaroli.
Otros miembros de la organización han realizado inversiones particulares, pero son de escasa relevancia si se compara con el monto total estimado que pudo sustraerse de las arcas del Estado desde que comenzó la maniobra.
El dinero grande, aún no apareció.
La banda acusada de cometer la estafa con planes sociales en Neuquén tenía roles diferenciados: los reclutadores buscaban personas que cumplieran los requisitos para recibir un subsidio, y los extractores iban a los cajeros automáticos con las tarjetas de débito de esos beneficiarios a retirar el dinero. En cada cuenta se depositaban 49.000 pesos, el subsidiado recibía en mano 8.000 o 9.000. ¿Qué pasaba con el resto de los billetes?
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