El aberrante crimen del adolescente Lucas González reveló una vez más los graves problemas de formación, la persistencia del racismo, la impunidad y la falta de conducción política orientada a la defensa de los derechos humanos de las fuerzas de seguridad, que se advierte en muchas jurisdicciones del país. Lucas González murió de un balazo en la cabeza por parte de tres policías de CABA que actuaron de civil, agresivamente, sin identificarse y que dispararon a matar para detener lo que interp