¿Quién termina apagando los incendios forestales?

Miles de hectáreas de bosque, campo, plantaciones y ecosistemas quemados, animales muertos y tierras devastadas, significan pérdidas ecológicas irreparables y económicas importantes para el país.
Como siempre en primera línea los abnegados/as bomberos y brigadistas, muchas veces mal equipados y mal pagos, pero con esa profesionalidad y voluntad que los caracteriza, salen a enfrentar el fuego y la batalla dura muchos días, semanas y hasta meses.


Por suerte aparece el apoyo aéreo, los “poderosos” Air Tractor y Dromadier y un anfibio AT-802 Fire Boss, que cargan entre 2.500 y 3.100 litros de agua, pequeños para darles un combate a las devastadoras llamas y así los vemos muchas veces detenidos en el aeródromo esperando que calme el viento, o que el humo disminuya para entrar en acción, mientras el fuego avanza y avanza consumiendo todo lo que hay adelante.


Pasan los días y el fuego con estas herramientas no se apaga…
 Entonces nos falta un aliado más poderoso, algo que pueda hacerle frente, que arroje más agua, que enfríe la vegetación, que ayude constantemente a los bomberos y combatientes; esos aliados pueden ser cualquiera de los cuatro aviones cisterna más grandes del mundo que tienen en su historial la lucha contra las llamas en muchos países alrededor del mundo.


• El más grande de los apagafuegos construidos hasta la fecha es un Boeing 747-400 propiedad de la estadounidense Global SuperTanker Services con base en el Estado de Colorado, EE.UU. El 747 SuperTanker puede almacenar unos 70.000 litros  de agua en sus bodegas y soltarla sobre un incendio o zona cercana.
 Sabemos que son los combatientes en la tierra los que finalmente extinguen los incendios, ya que la misión de los aviones cisterna es servir como un multiplicador de fuerza, controlar y contener incendios; al mismo tiempo que proteger a los bomberos, a los ciudadanos y sus propiedades.


•  Al igual que el 747 SuperTanker, el Ilyushin Il-76 es un cuatrimotor del Gobierno de Rusia. En sus bodegas es capaz de almacenar 50.000 litros de agua.
• El tercer puesto del podio es para el avión McDonnell Douglas DC-10 Air Tanker que tiene la particularidad de que las puertas de carga se abren hacia afuera. En 2006 este coloso tuvo su primer vuelo y desde entonces no paró de arrojar los 35.000 litros de agua o retardante que puede albergar en sus bodegas. Es capaz de soltar todo el líquido en tan solo 4 segundos a una velocidad de 260 kilómetros por hora y a una altitud de 60 metros.


La mayoría de las veces, los siniestros en bosques o zonas rurales en nuestro país son apagados por la lluvia. Deberíamos invertir en alguno de los 4 aviones cisternas de gran porte.



• El cuarto puesto es para el Bombardier CL415 (antes Canadair). El avión es tanto anfibio como maniobra en tierra, confeccionado para la lucha contra incendios y además multifunción. Este avión turbohélice evolucionó a partir de más de 25 años de experiencia con el CL-215. Cuenta con un tanque que puede contener 6.140 litros de agua/espuma y  puede recargarse de la superficie de cualquier cuerpo de agua adecuado para la operación.

Este avión es ideal para el ataque inicial de incendios forestales; llegar al fuego en las primeras etapas y dejar caer en repetidas ocasiones grandes cantidades de agua sobre el fuego . El Bombardier 415 también se adapta bien a otras misiones, como la vigilancia marítima, patrulla costera, búsqueda y rescate, transporte y para la protección de los recursos naturales. Puede cargar el agua en el mar, lagos, lagunas, ríos y arroyos, siempre que tengan 2 metros de profundidad y 50 metros de ancho.
Sin detenerse y a 130 km/h, tarda sólo 12 segundos para cargar hasta 6.140 litros, y requiere una distancia de 410 metros sobre el agua para la maniobra.

Diferentes senadores y diputados, a través de los años, realizaron informes para que se adquiera un CL415, ya que no es un gasto, es una importante inversión, pero ninguno de los proyectos prosperaron y se perdieron entre montones de expedientes.


Por eso desde hace años seguimos leyendo en diferentes diarios del país, estos títulos:
-Una lluvia torrencial ayudó a apagar los incendios de bosques en el Nahuel Huapi – Clarín –  2/3/1999
 -La lluvia de ayer apagó los focos de incendio en la selva paranaense – El Territorio – 14/3/ 2005
-Rezan para que la lluvia apague los incendios  – Río Negro – 26/2/2015.
-La lluvia apagó incendios en las islas pero brigadistas regresan para seguir trabajando para extinguir fuego subterráneo –  El Litoral – 3/9/2020
 -Juan Schiaretti: “Dios nos envió la lluvia y apagó las llamas”  – Infobae – 20/102020
Conclusión
Compatriotas, no nos olvidemos de rezar para que la lluvia apague los actuales y futuros incendios.

* Presidente Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN). Experto Comisiones Mundial de Áreas. Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) Protegidas (WCPA) y Educación y Comunicación (CEC)


Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios

Exit mobile version