Quiénes eran las víctimas del accidente
Eduardo Musacchio: era un reconocido geólogo y profesor de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco de Comodoro Rivadavia.
Gustavo Basaldúa: gerente de la sucursal Comodoro Rivadavia del Banco Credicoop. Se iba a casar en poco tiempo más.
Juan Carlos Begovic: ingeniero, ocupaba uno de los máximos cargos de la empresa Clear, del grupo Indalo, propiedad del empresario kirchnerista Cristóbal López.
Carina Mancilla y Santiago Sloper: la joven de 20 años y su hijo de 10 meses regresaban desde Neuquén a su casa de Pico Truncado, Santa Cruz.
Marcelo Frías: 42 años, oriundo de Córdoba, era padre de una niña de 9 años. Había subido al avión en la capital cordobesa en el marco de su trabajo como “inyeccionista” en pozos petroleros, motivo por el cual viajaba cada 15 días a Comodoro Rivadavia.
Jorge Jacomes: 30 años, residía en la localidad mendocina de Godoy Cruz junto a su esposa y sus dos hijos. Viajaba a Comodoro Rivadavia como empleado de una empresa petrolera.
Diego Córdoba: vivía en Luján de Cuyo, Mendoza, estaba casado y tenía dos hijos. Iba al sur del país donde prestaba servicios en una petrolera de Comodoro.
Antonio López: 54 años, era originario de Córdoba, pero residía junto a su esposa e hijos en Comodoro Rivadavia. Regresaba de un viaje laboral desde Mendoza a esa ciudad chubutense.
Sara Tula: había viajado a Mendoza hace un mes por cuestiones familiares, pero regresaba a Comodoro Rivadavia, donde trabajaba atendiendo el kiosco de diarios del aeropuerto.
Juan Manuel Ruiz: gerente de Recursos Humanos de la empresa Key de Plottier, Neuquén, que presta servicios a compañías petroleras. Era hijo de un directivo de Moño Azul.
Darío Runjevac: gerente de Logística también de la firma Key. Se trasladaba junto a Ruiz desde la capital neuquina. Ambos tenían previsto mantener una reunión de trabajo en esta ciudad chubutense.
Rubén Demaría: tenía domicilio en la capital de Neuquén y trabajaba en la empresa de servicios de ingeniería y arquitectura Ciar.
Emanuel Olivera: trabajaba en la misma empresa Ciar y viajaba por razones laborales junto a Demaría. Estaba domiciliado en Plottier, Neuquén.
Juan Raffo: 45 años y oriundo de Córdoba, era el piloto del avión accidentado. Padre de cuatro hijos, había trabajado en Southern Winds y en Prefectura Naval. Su hermano aseguró que Raffo nunca había detectado nada irregular en los vuelos de Sol. “Era muy meticuloso”, aseguró.
Jesica Fontán: era rosarina y la única azafata del vuelo. El titular de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, Ricardo Frecia, aseguró ayer que la joven había realizado varias denuncias por las condiciones de trabajo en Sol.
Adriano Bolatti: era el copiloto de la nave. Junto con Raffo fue elogiado por la empresa Sol que los calificó de profesionales “con experiencia”, “muy meticulosos” y “en plena capacidad de sus actos”.
Luis Vargas: periodista deportivo mendocino que trabajó durante muchos años en FM. Se desempeñó junto a su hermano Jorge. Vívía en Villa Nueva.
Fernando Pulozzi: tenía 30 años y era de Catriel. Trabajaba en la empresa Exterram en Comodoro desde hace 8 años, en tareas de mantenimiento de motocompresores. Tenía dos hijos pequeños.
Guillermo Castro: de 37 años, trabajaba en una minera en Comodoro Rivadavia y viajaba a Mendoza cada 15 días para pasar medio mes con su esposa y sus tres hijos de entre cinco meses y 10 años.
Andrés Cerioni: era supervisor de la empresa Eco Minera. Trascendió a través de comunicado de prensa que Andrés Cerioni desempeñaba labores para el prpyecto Cerro Vanguardia.
Hugo Di Filippo: embarcó en Neuquén, era empleado de la empresa de servicios petroleros Quintana WellPro.
Eduardo Musacchio: era un reconocido geólogo y profesor de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco de Comodoro Rivadavia.
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