Recalculando: Biden revisa su estrategia tras el duro revés electoral en Virginia

El presidente de Estados Unidos, instó a los demócratas a "avanzar" y votar sus grandes proyectos de reforma, bloqueados en el Congreso por disidentes de su propio partido,  tras la rotunda derrota del candidato demócrata a gobernador de Virginia, una elección considerada como una prueba de su popularidad.

Una brutal derrota en Virginia y una contienda demasiado apretada en Nueva Jersey dejaron a los divididos demócratas en Washington buscando respuestas el miércoles y pensando en nuevas estrategias para destrabar su agenda legislativa antes de sufrir más daños políticos.

El republicano Glenn Youngkin superó al exgobernador demócrata Terry McAuliffe en la contienda de gobernador en Virginia, donde el presidente Joe Biden ganó por un margen de 10 puntos de porcentaje hace un año. En Nueva Jersey, el fuerte favorito, el gobernador demócrata Phil Murphy, estaba en una contienda apretada con el republicano Jack Ciattarelli, en un estado ganado por Biden por 16 puntos porcentuales.

Joe Biden, instó a los demócratas a «avanzar» y votar sus grandes proyectos de reforma, bloqueados en el Congreso por disidentes de su propio partido.

«Ningún gobernador de Virginia ha ganado nunca siendo del mismo partido que el presidente de turno», señaló a los periodistas, negándose a asumir la responsabilidad de este fracaso, que se considera un momento crucial en su presidencia.

«Sé que la gente quiere que se hagan las cosas y por eso sigo presionando muy fuerte para que el Partido Demócrata avance y vote» sus planes, uno de modernización de infraestructura y otro de gasto social y clima, que son objeto de intensas negociaciones en su partido, explicó Biden, quien regresó en la noche de su gira europea por el G20 y la COP26.

Glenn Youngkin se confirmó como nuevo gobernador de Virginia, tras derrotar al demóccrata Terry McAuliffe. (AP/Andrew Harnik)

A un año de las cruciales elecciones de medio mandato que podrían cambiar los equilibrios de poder, la derrota en Virginia es un duro fracaso para Biden, quien personalmente hizo campaña junto al candidato demócrata Terry McAuliffe.

Ahora, el presidente debe volver a sumergirse en las angustias del Congreso, donde sus dos enormes planes de inversión son objeto de interminables negociaciones entre los progresistas y moderados de su propio partido.

Biden espera ansiosamente que su proyecto «Reconstruir mejor» (Build Back Better) de reforma social y climática por 1,75 billones de dólares se apruebe rápidamente y se convierta en una gran victoria personal.

El proyecto incluye 555.000 millones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que la Casa Blanca ha descrito como «la mayor inversión jamás realizada para abordar la crisis climática».

Aprobado por el Senado en agosto, el proyecto de infraestructura está bloqueado en la Cámara de Representantes por los demócratas progresistas que exigen votar los dos proyectos en forma simultánea, pues temen que los centristas se nieguen a apoyar el costoso plan social una vez que se apruebe el de infraestructura.

En medio de este impasse, Biden intenta restaurar la imagen de su presidencia, fuertemente empañada después de la caótica retirada de Afganistán en agosto.

Los demócratas en la Cámara de Representantes agregaron ayer licencias pagadas por emergencias familiares y médicas para los trabajadores, cambios a la ley de inmigración, y deducciones tributarias estatales y locales a su iniciativa sobre servicios sociales y el medio ambiente por 1,75 billones de dólares, lo que resucita algunos elementos clave de la agenda del presidente Joe Biden en un intento por concluir un paquete después de sus desastrosos resultados electorales.

La Comisión de Reglas de la Cámara de Representantes se reunió el miércoles en la tarde para considerar el texto actualizado del paquete que ahora tiene 2.135 páginas, un paso crucial previo a las votaciones iniciales que podrían tener lugar el jueves.

Las numerosas adiciones de último minuto —además de un plan que incluya precios mas bajos para los medicamentos de prescripción dentro del Medicare— tienen lugar en momentos en que los demócratas están desesperados por cumplir con las propuestas de política interior distintivas de Biden tras el resultado en Virginia. El resultado supuso una advertencia para los demócratas de que su posición de poder podría correr peligro en las elecciones del año entrante.

Los resultados son ominosos para los demócratas más allá de esos dos estados. La baja en el respaldo al partido no augura nada bueno en momentos en que se aferra a estrechas mayorías en el Senado y la Cámara de Representantes de cara a las elecciones intermedias del año próximo. Las elecciones sin contiendas presidenciales usualmente representan pérdidas de escaños, especialmente en la cámara baja, para el partido en la Casa Blanca.

El miércoles, los líderes congresionales trataron de fortalecer la atracción de la varada agenda de Biden y usaron los resultados electorales para llamar a la acción. Las dos propuestas legislativas_un paquete de infraestructura de 1 billón de dólares y un paquete de 1,75 billones de dólares en 10 años para iniciativas sociales y ambientales financiado mayormente con impuestos a los ricos y las corporaciones— han estado estancadas durante meses por disputas internas entre moderados y progresistas.

«Espero que esto deje claro para todo el mundo lo importante que es avanzar esas leyes», dijo el representante demócrata de Virgininia Gerald Connolly, que representa algunos de los suburbios más prósperos de Washington.

El senador demócrata Tim Kaine lamentó que algunos de sus correligionarios «quieran ser puristas con cualquiera que fuesen sus objetivos, izquierda, derecha y centro». Añadió: «Mucho en la política es sobre el momento. Y hubo un momento para hacer esto que habría ayudado en ambos estados».

Tres cuartas partes de los votantes dijeron que las prolongadas negociaciones en Washington sobre la agenda de Biden fueron un factor importante en su voto. Esos electores tendieron más a respaldar al republicano Youngkin, de acuerdo con los resultados preliminares de AP VoteCast, un sondeo de los votantes en Virginia.

En lugar de buscar una rápida aprobación de las concesiones presentadas en las negociaciones, los progresistas usaron el momento para llamar al partido a restaurar las prioridades abandonadas en las charlas. Atribuyeron las derrotas a la incapacidad de los demócratas para hacer las propuestas más atrevidas.

«La lección de cara al 2022 es que los demócratas tienen que usar su poder para conseguir resultados para la gente trabajadora y entonces presentar esos logros en sus campañas. Punto», dijo en un comunicado el Comité de Campaña para el Cambio Progresista.

Para los republicanos, la victoria de Glenn Youngkin ofrece una posible hoja de ruta estratégica para 2022, y tal vez incluso para los comicios presidenciales de 2024, pues logró retener la base electoral del exmandatario Donald Trump, de quien se distanció lo suficiente como para recuperar votos en los suburbios acomodados.


Una brutal derrota en Virginia y una contienda demasiado apretada en Nueva Jersey dejaron a los divididos demócratas en Washington buscando respuestas el miércoles y pensando en nuevas estrategias para destrabar su agenda legislativa antes de sufrir más daños políticos.

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